centro bravo de salud integral

Cómo tomar una decisión complicada

 

En esta sección encontrarás consultas acerca de cómo tomar decisiones, cómo elegir entre dos o más alternativas cuando no lo tenemos claro.

 

Consulta:

 

Hola, hace un día me enteré que estoy embarazada y no sé si quiero tenerlo o abortarlo. Tengo 23 años y tengo una pareja estable. Siempre soñé con ser mamá por eso creo que es un regalo de la vida, pero aún me siento muy joven y que me faltan experiencias por vivir, tenía planes de viajar por el mundo y con un bebe eso no podría ser. No sé qué hacer, me paso pensando día y noche si tenerlo o abortarlo, pero cuando me decido por algo, pienso en lo contrario. Tengo mucho miedo y estoy confundida.

 

Respuesta:

 

Hola amiga:
Disculpa la tardanza en contestarte. Tal vez ahora, que han pasado varios días desde que te enteraste del embarazo, tu situación haya cambiado, de todas formas, te contestamos en base a lo que nos escribes.
Por lo que escribes, me imagino que, habiendo hecho un balance entre ambas opciones, ninguna de las dos sale vencedora, ambas están igualadas.


En primer lugar, es importante, como le decimos a las demás mujeres ante esta decisión, que veas que ninguna de las alternativas será un error, serán dos caminos diferentes, ambos traerán ventajas y también traerán dificultades, no hay una opción perfecta. Por supuesto, las dificultades las puedes ver como una oportunidad para aprender y crecer como persona. Por lo tanto, decidas lo que decidas, será un acierto.


Por otro lado, como dices que cuando tomas una decisión después piensas lo contrario, tal vez te puedes dar un plazo para la reflexión (por ejemplo, una semana o dos), para recopilar más datos sobre ambas opciones, para seguir conectando con tus sentimientos sobre cada una de las opciones. Por supuesto, puedes tomarte unos momentos específicos al día para esta reflexión y el resto del tiempo seguir con tus actividades cotidianas.
Una vez termine el plazo, será el momento de tomar la decisión. En este sentido, es importante ver que la peor decisión es aquella que no tomamos. Como dice una vieja paradoja:


“Cuenta la paradoja del asno de Buridán, que un burro que tenía mucha hambre no llegaba a decidirse entre dos sacos llenos de heno que tenía a su alcance, a su derecha y a su izquierda, pues ambos eran idénticos e igualmente apetecibles. Llegó hasta tal punto su vacilación que acabó muriendo de hambre, incapaz de tomar una decisión.”


Por lo tanto, una vez tomes la decisión, es momento de seguir adelante y no volver a cuestionarla. Cuestionar la decisión solo te traería más y más malestar.


Por supuesto, no podemos evitar que nos asalten pensamientos automáticos de duda, pensamientos que surgen en nuestra mente por sí solos. No elegimos estos pensamientos, pero podemos aprender a gestionarlos. Muchas personas se sienten responsables de sus pensamientos automáticos, que en tu caso podrían ser: “¿Y si es mejor la otra alternativa? ¿Y si me estoy equivocando? ¿Y si luego me arrepiento?”. Cuando alguien se siente responsable de los pensamientos que le asaltan de forma automática, acaba dándoles vueltas y vueltas, enredándose en un bucle que genera cada vez más ansiedad.


Sin embargo, para gestionar estos pensamientos de forma más eficaz se trataría de aceptar que estos pensamientos aparecen, pero no sentirnos responsables de ellos, entender que, igual que este pensamiento ha aparecido, de la misma forma se acabará marchando. Puedes prepararte unas frases para decírtelas a ti misma cuando detectes este tipo de pensamientos. Por ejemplo, puede ser algo como: “Esto es solo un pensamiento que me ha asaltado y que no tiene ninguna credibilidad, yo ya he tomado mi decisión y lo mejor para mí es remar en la dirección que he elegido en vez de atascarme en ir a un lado u otro. Puede que este pensamiento aparezca de nuevo y cuando aparezca, me volveré a repetir lo mismo, ‘hasta que este pensamiento se canse de aparecer’.”
A la hora de gestionar estos pensamientos, también suele ayudar mucho la práctica de mindfulness, principalmente los ejercicios centrados en observar el contenido mental. En esta sección de nuestra web puedes encontrar audios gratuitos para comenzar con la práctica.

https://www.centrobravo.es/materialesarticulos/mindfulnessbasico.html


Espero haberte ayudado.


María

 

 

Consulta:

 

Hola
Siempre he querido tener hijos, aunque mi pareja no es muy partidaria. Llevo 3 años sin usar barreras para evitar un embarazo, pero ahora que me acabo de enterar que estoy embarazada tengo panico y no se si seguir adelante con el embarazo. Tengo miedo al cambio que pueda suponer esto en mi vida, si el bebe puede llegar con un problema, en definitiva tengo miedo a todo. Nuestra situacion personal ahora mismo es muy buena y tener un hijo no supondria ningun problema, pero me siento egoista ahora que por fin me quedado embarazada pensar en no tenerlo. Y la verdad que no hago mas que darle vueltas a la idea de no tenerlo y seguir con mi vida tal y como esta. En resumen me siento mal por que siempre he querido ser madre y casi lo he buscado y ahora solo pienso en que no lo quiero tener. No se que decision tomar me encuentro totalmente perdida.
Un saludo

 

Respuesta:

 

Hola amiga:
Efectivamente, como dices, ser madre supone un cambio grande en tu vida y es normal que ese cambio te haga plantearte muchas cosas y te lleve a sentirte asustada.


Realmente es importante que la decisión de seguir adelante o no la tomes tú, ya que eres tú quien conoce todas tus circunstancias y preferencias. Como le decimos a todas las mujeres en esta situación, decidas lo que decidas, nada será un error, ninguna alternativa va a ser completamente acertada o errónea, ambas tendrán ventajas y desventajas y en ambas habrá oportunidades de aprender.


Por otra parte, en tu caso particular, pues es importante que examines los miedos que te han aparecido una vez te has enterado de que estás embarazada, para ver si son miedos fundados que realmente te protegen de un peligro o son miedos irracionales en los que puedas exagerar tu percepción del peligro. Para ello, puedes probar con una dinámica de la terapia cognitiva que se llama "la fantasía temida". Esta dinámica inicialmente puede parecer radical, pero resulta muy potente. Consiste en preguntarte a ti misma cuál es tu mayor temor, qué es lo peor que podría pasar (en tu caso, por ejemplo, qué es lo peor que me podría pasar a la hora de ser madre). Después te imaginas cómo afrontarías esa situación. Te tomas tu tiempo para visualizarlo. Muchas veces con esta dinámica uno descubre que tiene una capacidad de afrontamiento, de inventar soluciones creativas y de adaptarse a la novedad mayor de lo que creía.


A veces también descubrimos que nuestros temores no tienen tanto que ver con un peligro real, sino pueden tener que ver con alguna creencia irracional, algún mensaje que hayamos escuchado en nuestra infancia o juventud, que hemos hecho nuestro sin cuestionarlo y que después influye en nuestras decisiones. Por ejemplo, si los padres de una persona eran muy perfeccionistas y le exigían perfección en todo lo que hacía, tal vez esta persona ha interiorizado la creencia de que "si no vas a hacer algo perfectamente, mejor no hacerlo, porque si no es perfecto, es una chapuza y ser una persona chapucera es algo detestable e inadmisible." Esta creencia puede llegar a ser muy poderosa y hacer que la persona se sienta muy mal cada vez que algo no le sale a la perfección, como si sus padres la estuvieran castigando duramente. Para no sentirse así, esta persona puede evitar cualquier tarea en la que se requiera un aprendizaje a través de los errores. Con esta estrategia de evitación, efectivamente, esta persona no se siente mal habitualmente, pero a largo plazo, se limita cada vez más y vive una vida cada vez más insatisfactoria. Los temores de esta persona son irracionales y no tienen que ver con un peligro real, sino que esta persona teme sus propias reacciones, teme no hacer las cosas perfectamente porque si hace algo que no sea perfecto, se sentirá como si estuviera fallando a sus padres, se siente como una persona horrible, cuando en realidad equivocarse es una importante parte del aprendizaje.


Quizás con la fantasía temida, y en general con visualizar tu vida como madre, descubras que ser madre realmente no es algo para ti (y así tendrías ya más clara tu decisión). O tal vez descubras que muchos de tus temores son irracionales. Si es así, entonces podrías encaminarte en un trabajo de desmontarlos. En este trabajo podrías ayudarte de lo siguiente:


- Aprender a gestionar tu miedo y ansiedad, ver que es una emoción natural del ser humano y que si ni tratamos de librarnos de él, ni lo magnificamos, entonces al final se acaba pasando y podemos seguir adelante. Puedes probar con este ejercicio de mindfulness para practicar esta actitud: https://youtu.be/VEvdQP_Kiyc?si=s_hgcmeXRynAcqMZ


- Ver que el miedo va desapareciendo a medida que nos vamos exponiendo a aquello que temamos, y de esa manera, también va creciendo nuestra confianza. Un excelente libro sobre el tema es "Aunque tenga miedo hágalo igual" de Susan Jeffers.


- Trabajar sobre las creencias irracionales, elaborando ideas alternativas racionales, potenciando nuestra parte más sabia, dándonos cuenta de las desventajas que nos traen las ideas irracionales y de todo lo que ganaremos si vivimos de acuerdo a las ideas racionales. También hay un libro muy bueno sobre el tema, se llama "Sentirse bien" de David D. Burns. Es un libro bastante extenso, pero uno puede elegir las partes que más le interesen.


En fin, espero haberte sido de ayuda en esta situación. Y recuerda, decidas lo que decidas, al final será una oportunidad de aprender.    

 

Un abrazo

 

María

 

Consulta:


Por favor ayudarme con algún consejo estoy pasando por una situación un poco complicada me acabo de enterar que estoy embarazada, pero yo ya tengo un niño de 1 año apenas, mi relación está un poco mal sentimentalmente, económicamente, no tenemos de momento un lugar fijo donde vivir, él trabaja y yo cobro el paro. Es un embarazo muy malo con bajones muy fuertes y no puedo disfrutar del 100 de mi niño no se si tenerlo o no.


Respuesta:


Hola amiga:
Tu situación no es sencilla y tomar esta decisión, en un tiempo limitado, nunca es fácil y, además, nadie la puede tomar por ti.
Lo principal, en esta situación, es precisamente bajar este nivel de presión sobre ti y ver que, decidas lo que decidas, nada será un error. De antemano, no puedes saber (ni tú ni nadie), las consecuencias que tendrá cada una de las alternativas y seguro que cada una de las alternativas traerá sus beneficios y te brindará oportunidades de aprender algo nuevo.
Después, es importante que hagas una lista de las ventajas y desventajas que tendría cada una de las opciones. Puedes además asignarles un peso (un número de 0 a 100) según la importancia que tengan para ti, ya que seguramente para ti no tienen la misma importancia las molestias físicas del embarazo que las dificultades económicas o de pareja. Después puedes sumar el peso asignado a las ventajas de cada una de las opciones y restarle la suma de los pesos de las desventajas y ver cuál de las opciones tiene un mejor balance para ti.
Por otro lado, también puedes examinar si las desventajas de cada una de las opciones tienen una base real o si son simplemente argumentos que hayan podido usar otras personas sin tener mucha información al respecto. Por ejemplo, puedes ver si la información que tienes sobre la opción de interrumpir el embarazo viene de fuentes contrastadas o si puede estar basada en ideas de dudoso origen (por ejemplo, de personas que sin entender la complejidad de la situación criminalizan el aborto en cualquier circunstancia). Quizás te pueda venir bien buscar testimonios de personas que se hayan planteado lo mismo que tú, ver la decisión qué han tomado y cómo fue su experiencia.
En fin, espero haberte ayudado.
María

 

 

Consulta:


Hola, ayer supe que estaba embarazada y tengo sentimientos encontrados. Por una parte, no me importaría seguir adelante, pero me da miedo equivocarme de momento y de persona.
Tengo una pareja desde hace un año en la que la relación hasta el momento ha sido inestable. En enero sin querer descubrí que se masturbaba con chicas conocidas, entre ellas una amiga mía, y eso me genera mucho rechazo hacia él, aunque lo quiera. Este tema lo hablamos en su momento y él me explicó desde su punto de vista, pero respeta que a mí no me parezca bien y según él, desde entonces no lo ha vuelto a hacer más. Pero a mí ya me ha quedado la herida de que haga eso con la foto de mi amiga. A parte de eso recibí malos tratos por su impulsividad e inseguridad durante el año pasado. Siempre me ha dejado sola cuando se ha sentido triste sin importarle nada. Desde hace unos meses que ha hecho un cambio de chip y veo como gestiona mucho más sus emociones. Pero era un cambio que necesitaba ver si es real o solo duraría unos meses. Ahora estoy embarazada y no sé qué hacer porque me da miedo equivocarme y que me deje sola, no quiero volver a permitir ninguna falta de respeto y quiero sentirme libre. Se lo he dicho, él tiene claro que lo quiere tener (siempre ha querido ser padre joven. Yo en cambio, estoy estudiando y me da temor no tener el apoyo suficiente y tener que dejar la universidad. Yo estoy más estabilizada que él y él ahora es cuando está empezando a hacerlo. El me anima a que luchemos por esto y sigamos adelante, que nada es imposible. Pero temo a que en un futuro "la familia" se separe, que no esté a mi lado, que crea que por tener un hijo le pertenezco. Creo que tengo claro que será un buen padre, pero no estoy segura que vaya a saber ser una buena pareja y para mí, para ser una familia, hay que saber ser las dos cosas. Parecerá egoísta, pero no quiero que mi hijo crezca en un ambiente frío con padres separados. Yo nunca tuve un padre y el vio como su padre era buen padre, pero trababa mal a su madre. Quizás por eso pienso en que necesito tiempo para saber si de verdad está preparado para tener una relación y después poder planear bien el tener un bebé. Siento que ahora todo va muy rápido solo porque viene un bebé en camino, pero antes de eso estábamos en proceso de cambio, de estabilidad, y ahora no sé qué hacer.


Respuesta:


Hola amiga:
En lo que escribes, me parece estupendo que tengas claras varias cosas: que no quieras permitir ninguna falta de respeto y quieras sentirte libre. Es esencial, en cualquier circunstancia y también en esta, que sepas poner límites cuando alguien no te respete o te trate mal. También me parece importante que seas prudente ante los cambios de tu pareja y que no los des por definitivos, sino que esperes un tiempo para ver si son duraderos.
En cuanto a la decisión en sí de continuar con el embarazo, por lo que escribes me parece que uno de tus criterios fundamentales es si tu pareja actual será una buena pareja en el futuro y eso es algo que ahora mismo es difícil saberlo y es natural que te genere mucha presión en este momento en el que tomar una decisión tiene una fecha tope. Por supuesto, nadie podrá decirte con certeza si tu pareja mantendrá sus cambios o no. Por ello, antes de tomar esta decisión es importante que veas si te sientes preparada para ser madre, aunque te separes de él. Por otro lado, es importante que consideres que las consecuencias de la separación no tendrían por qué ser tan duras como las que describes en relación a tu madre. Tienes claros cuáles son los límites y lo que estás dispuesta a consentirle a una persona. Quizás podrías dejarle claro a tu pareja que, en caso de que sus cambios no se mantengan, no estás dispuesta a seguir con él y que, en caso de separaros, no le consentirías que te tratara mal, que todo se tendría que desarrollar en un clima de respeto. Hay hijos que crecen con padres separados, pero si todo se desarrolla de una forma respetuosa, no tiene por qué ser algo perjudicial. Por supuesto, eres tú quien te conoce mejor a ti misma y quien conoce a tu pareja, así que eres tú quien mejor podría estimar si este tipo de relación sería posible.
A todas las personas que nos consultan sobre el tema de tomar este tipo de decisión, suelo decirles que es muy importante trabajar sobre la presión que percibimos en esta situación. Solemos pensar que una de las alternativas será error y la otra será un acierto. Pero esto no es exactamente así. En primer lugar, no podemos saber de antemano cuáles serán las consecuencias exactas de cada una de las alternativas, solo podemos actuar de acuerdo a estimaciones, percepciones, intuiciones. Por otro lado, ninguna de las alternativas tendrá consecuencias 100% positivas o negativas, ambas alternativas te permitirán aprender y crecer como persona, aunque cada una de las alternativas lo hará de una manera diferente. No tiene sentido después reprocharnos lo que hayamos decidido, ya que seguramente lo habremos decidido como lo que creíamos mejor. Decidas lo que decidas, será algo que te podrá aportar algo nuevo, nuevos aprendizajes. Trata de ver con cuál de las dos alternativas te sientes más a gusto. Tú eres quien está embarazada y tú eres quien tiene ese derecho a decidir.
Espero haberte ayudado.

 

María

 

Consulta

 

Hola, tengo 27 años, me enteré hace 2 semanas que estoy embarazada, mi situación no es la mejor ya que descubrí que el padre de mi bebé me engañó por meses con alguien más, yo estuve en una relación de más de 7 años, lo que yo había decidido desde mi dolor era alejarme de él y recuperarme, a raíz de la traición el me pidió perdón, pero es difícil aunque aún lo quiera había optado por dejarlo , le conté del embarazo él se entusiasmó, pero al ver mi dolor al saber las circunstancias en las que vendría me dijo que me apoyaría en cualquier decisión que tomara, me propuso formar una familia o ser buenos padres, pero para mí es difícil, no tengo sentimientos muy bonitos respecto al embarazo y tengo dudas de si tenerlo o no, no he contado a nadie más sobre mi situación

 

Respuesta

 

Disculpa la demora en contestarte, que en este tema el tiempo juega un papel importante, pero no me ha sido posible contestar tu consulta antes. Me imagino que, si nos has escrito por este medio, ya has leído las consultas que hemos contestado sobre el mismo tema y has podido ver que, ante esta difícil decisión, es importante eliminar la presión sobre uno mismo y comprender que, decidas lo que decidas, no será un error. No hay una “opción perfecta” en la que todo sean ventajas, pero tampoco hay una “opción errónea” de la que tengas que estar arrepintiéndote después. Ambas opciones son válidas y de ambas podrás aprender y evolucionar.
Si no has leído aún las otras consultas, puedes hacerlo aquí:

 

https://www.centrobravo.es/consultaonline/tomardecision.html


En tu situación particular, entiendo que debe ser difícil ver que la persona, hacia la que tuviste sentimientos negativos y con la que las cosas no fueron bien en el pasado, ahora sea la que te está brindando apoyo. No es fácil hacer borrón y cuenta nueva, como si no hubiera pasado nada, ya que el resentimiento y las heridas seguramente siguen allí. En el caso de que decidas seguir adelante y relacionarte con esta persona (ya sea como pareja, ya sea solo como padre), sería importante que trabajéis sobre las heridas del pasado y que encontréis la forma de sanar esa relación, viendo lo que falló cuando ocurrió la infidelidad y cómo se podría potenciar una forma de relacionaros de manera sana.


Además, decidas lo que decidas, es importante que esta persona no sea tu único apoyo en esto. Como dices, de momento no le has contado esto a nadie más y seguro que notas mucha presión sobre ti estos días. Por supuesto, no todas las personas entenderán tu situación y podrán opinar de manera neutral y desinteresada sobre ello. Si no conoces a nadie que te despierte la suficiente confianza para acompañarte en esta situación, tal vez puedas acudir a informarte a un centro de planificación familiar de tu zona y quizás te puedan proporcionar apoyo y más información en esta situación. Por supuesto, nosotros también estamos a tu disposición, ya sea de manera presencial u online.

 

Por otra parte, te recomiendo mucho que profundices en cómo darte un apoyo a ti misma, cómo tratarte bien a ti misma en esta situación compleja. Para ello, te podría ayudar mucho el libro “Sé amable contigo mismo” de Kristin Neff, te recomiendo su lectura.

 

Un abrazo

 

María

 

 

 

Consulta

 

Hola, Hace menos de un mes me enteré de que estaba embaraza. Por supuesto, no entraba en mis planes ni podía imaginarlo siquiera. Pero así ha sido. Tras analizar toda la situación con mi familia (tengo todo su apoyo en todo, tanto decidir abortar como tenerlo) y con mi psicóloga decidí seguir adelante y tener a una futura personita. No obstante, desde hace dos semanas, no es que aparezcan dudas o picos de inestabilidad o pensamientos intrusivos… sino que realmente no me siento a gusto con la decisión tomada. De igual forma, no sé si quiero abortar. Para mi las consecuencias psicológicas son para toda la vida como lo sería continuar con el embarazo. Tengo 28 años, cumplo 29. Estudié mi grado, dos másters y muchas mas formaciones. Soy una persona muy activa y necesito trabajar y al enterarme de esta noticia tuve que rechazar un puesto que me encantaba dado que resido en Andalucía y, éste era en Tenerife. Realmente he analizado todo. Pros y contras, pensar y pensar y solo me genera más y más ansiedad. Limito el tiempo para pensar al día ya que ahora mismo mis niveles de ansiedad están por las nubes. Aunque soy consciente de que debo tomar una decisión y cuanto antes mejor. Tuve un imprevisto y acudir al hospital cosa que no me ayuda a optar por el aborto, dado que me hicieron una eco y con tan solo 6 semanas y 4 días me lo enseñaron, midieron y me pusieron el latido del corazón. Actualmente estoy de 8 semanas. Y no sé qué decidir. Todo el mundo dice lo mismo, “es tu decisión”, “lo que decidas está bien” y lo agradezco pero realmente no me ayuda nada a decidir. Si sirve el padre se quito de en medio pero en el caso de tenerlo lo prefiero, nunca quise en el supuesto de querer tener hijas o hijos que hubiera otra persona. Así que no me supone ningún problema.

 

Respuesta

 

Hola amiga:

 

Efectivamente, no debe ser fácil para ti tomar esta decisión. Tanto tú como tu entorno estáis haciendo las cosas de forma adecuada, como limitar el tiempo de reflexionar sobre ello o la forma que tienen los demás de aliviar la presión sobre ti, diciéndote que decidas lo que decidas estará bien.

Ya que has analizado ya todos los pros y contras y demás, tal vez puedas beneficiarte de trabajar sobre cuál es tu mayor miedo en ambos casos. Muchas veces podemos tener la idea de que, si ocurre algo que tememos, las consecuencias “podrán con nosotros”. Esta idea en realidad es una “trampa de la mente”, muy extendida, muchas personas suelen hablar en términos de “esto será terrible”, “esto va a poder con nosotros”, “esto será mi fin”. Sin embargo, seguro que puedes recordar muchos desafíos a los que te enfrentaste en el pasado y que podían asustarte. Una vez ocurrieron estas situaciones, aunque no habrán sido agradables, finalmente sí podías manejarlas y habrás conseguido adaptarte a ellas.

Te propongo un ejercicio, que, por supuesto, no será fácil para ti, pero que puede ayudarte a ver que también en esta situación podrías manejar tus mayores miedos. En primer lugar, pregúntate a ti misma qué es lo que más temes tanto en el caso de abortar como en el caso de seguir adelante con el embarazo. Después imagínate conviviendo con esas consecuencias. ¿Cómo sería tu vida? ¿Qué habilidades tendrías que poner en práctica? ¿A qué dificultades te enfrentarías en cada momento? ¿Cómo te adaptarías a ello? Seguro que te darás cuenta de que, aunque ninguna de las opciones será agradable o apetecible, te adaptarás a ello y serás capaz de manejarla.

Por supuesto, no es fácil mirarle a la cara al miedo, pero hacerlo es la mejor forma de conseguir que este miedo se vuelva más manejable.

Te recomiendo mucho la lectura del libro “Aunque tenga miedo, hágalo igual” de Susan Jeffers. Por supuesto, nadie puede tomar esta decisión por ti, pero si trabajas sobre el tema de las consecuencias temidas de las decisiones, tal vez te resulte más fácil tomarla, convenciéndote a ti misma de que decidas lo que decidas, estará bien (y no solo escuches a los demás decírtelo).

En fin, espero haberte ayudado al menos algo en esta situación compleja. Te mando un fuerte abrazo.

 

María

 

Consulta

 

Hola, escribo por aquí­ porque tengo 36 años, estoy casada, los 2 ganamos bien, tenemos trabajos estables, en fin, que todo bien, pero hace 1 semana me enteré que estoy embarazada de 5 semanas. No buscado, ni esperado, ni planificado ya que me habían dicho hace 2 años que tení­a insuficiencia ovárica precoz (estaba casi perimenopáusica), la hormona de la fertilidad casi que en 0 y pues cuando me dijeron todo eso sí fue duro pero a lo largo de estos años lo he ido trabajando psicológicamente y habí­a comprendido que tal vez no era algo que estaba destinado  para mí y al final yo estaba tranquila y más bien estábamos pensando en adoptar a un bebé en Bali ( Indonesia), a nosotros nos encanta viajar a lugares distintos y exóticos y por tanto cada vez que tenemos la oportunidad pues nos damos esa escapada. Y con esta nueva noticia ahora estoy tan indecisa, los 2 no sabemos si queremos ser padres en este momento, estamos perdidos, siento que todo en mi vida va a cambiar pero para mal: no más viajes, no más cosas chulas , mi cuerpo va a cambiar, le tengo pánico a engordar, pero a lo de aumentar de peso en plan 20kg, siento que yo no nací para ser madre, quiero seguir creciendo profesionalmente y me da miedo que con un bebé me quede estancada y un sin fin de pensamientos negativos que no sé cómo hacer para que paren. Lo único positivo que veo es sobre experimentar ese amor tan incondicional que la gente habla y dice, pero ni aun así intentando pensar en eso me llama la atención, no sé qué hacer. No quiero sonar superficial con el tema del peso, los viajes etc., pero es la verdad y es como me siento.

 

Respuesta:


Hola amiga:
Tomar esta decisión no es para nada fácil, además de que el tiempo para tomarla es limitado.
Hemos contestado varias consultas en nuestra página sobre este mismo tema (consulta online – cómo tomar una decisión difícil), te animamos a que las leas junto con nuestras respuestas, si no lo has hecho aún. De la misma manera que le dijimos a las otras mujeres, es muy importante entender que ninguna de las alternativas va a ser un error. Decidas lo que decidas, aprenderás de ello y te llevará a desarrollarte en uno u otro sentido. Siempre habrá pros y contras para ambas alternativas, se trata de elegir aquella alternativa que para ti personalmente tenga más pros, pero como digo, ninguna de las alternativas será un error. Si uno puede suavizar esta presión, ese temor a cometer un error, puede tener más calma para reflexionar sobre este asunto.
Según lo que nos escribes, creo que es muy importante que, ante todo, conectes con tus propios sentimientos y preferencias. Es importante que con tu pareja creéis un clima de aceptación incondicional donde cada uno pueda expresar lo que realmente siente, sin que os juzguéis el uno al otro.
Para conseguir todo esto, hay que tener en cuenta que las opiniones de los demás (amistades, familiares, etc.), si bien son valiosas, nunca van a ajustarse a tus circunstancias particulares. Para tomar esta decisión en consonancia contigo misma, te va a resultar mucho más útil fiarte de tus propias percepciones.
Otra forma de trabajar sobre este tema que te aconsejo mucho es la de examinar tus “deberías”. A lo largo de la vida, todos vamos acumulando de forma implícita ideas sobre lo que se “debería” hacer, sobre lo que es “correcto”. Estos “deberías” pueden venir de las cosas que decían nuestros progenitores, de lo que nos enseñaron en el colegio o de la sociedad en general. Muchas veces nos llegamos a identificar con ciertas ideas sin siquiera examinar si son positivas. En tu situación, puedes hacer un ejercicio de escribir todas las cosas relacionadas con el tema de ser madre/abortar que se te vienen a la mente después de “yo debería…”. Una vez hayas hecho esta lista de “deberías”, puedes reflexionas sobre su origen (padres/religión/sociedad/profesores/amistades) y también sobre si estas ideas tienen una base realista y si realmente pueden aportar algo bueno a tu vida.
Por otra parte, también puedes trabajar sobre tus miedos, examinando si tienen una base realista – por ejemplo, sobre el temor de engordar 20 kg, puedes investigar sobre el tema, sobre si ésta es una consecuencia inevitable de un embarazo, sobre cómo se podría evitar y demás. Muchas veces caemos en lo que en psicoterapia cognitivas se llama “conclusiones precipitadas” – concluir que algo va a ser de una determinada manera sin tener evidencia de ello.
Por último, decirte que la práctica de mindfulness también puede ayudar a distanciarte de esos pensamientos negativos que no paran – aprendiendo que estos pensamientos no se pueden parar a voluntad, pero uno no tiene por qué identificarse con ellos. Te pueden ayudar los ejercicios básicos de mindfulness: https://www.centrobravo.es/materialesarticulos/mindfulnessbasico.html.
En fin, los psicólogos no podemos decirte qué decisión tomar, ya que es importante que la tomes tú que eres la persona que mejor entiende tu situación, pero sí podemos darte algunas herramientas para que esa decisión la tomes en armonía contigo misma. Te deseamos que, decidas lo que decidas, tengas una vida plena y feliz.

 

María Olsanska

 

 

Consulta

 

Voy a tratar de explicarle pormenorizadamente nuestra situación y quiero agradecerle su tiempo.

 

Tengo 35 años. He tenido varias relaciones estables; tengo dos hijos de 13 y 5 años de dos relaciones diferentes y fracasadas. Cuando mi hijo menor iba a nacer decidí "renacer" y enmendar los errores cometidos, quererme más y ser quien quería ser. Conocí hace cuatro años a un hombre maravilloso con quien tengo una relación.. Vivimos juntos hace dos  y nos casamos el próximo febrero. Él no tiene hijos aunque sí tuvo una relación larga hace tiempo (casi seis años, con convivencia incluida). Estuve casi año y medio sin trabajo, cobrando paro y ayudándome de mis ahorros, y él estuvo a mi lado. Llevo un año en un trabajo que promete estabilidad (pero es una consultoría, con lo cual, más hoy día, nunca se sabe). Él es dependiente de una tienda hace casi una década. Nuestros sueldos rayan el mileurismo, y estamos estudiando ambos a distancia sendos módulos de Grado Superior con intención de llegar a tener la oportunidad de prosperar. Este mayo decidimos comprar un piso a medias y reformarlo poco a poco (ya tiene lo esencial, cocina y baño operativos, pero no suelos, las paredes están sin arreglar ...). No nos planteamos la idea de tener hijos en el presente. Mis antecedentes son dos cesáreas y una pérdida espontánea diferida de diez semanas, con embarazos complicados con preeclampsia e hidramnios en el primero y problemas renales en el feto y luego de nacido con el tercero (el segundo embarazo fue en aborto). Me encontraba bastante cerada a la idea de tener más hijos, y él un poco menos, pero tampoco interesado ni a corto ni a medio plazo.  Teniendo cita (retrasada varias veces por la Seguridad Social) el dí a 30 para ponerme un DIU, descubro el día 29 (o sea: hace nueve días) que estoy embarazada. Nos hemos estado cuidando con métodos y curiosamente este mes pasado por circunstancias apenas hemos tenido relacioones, con lo cual la sorpresa ha sido más que mayúscula y aún nos planteamos cómo ha podido ser. Aunque siempre he pensado que sería personalmente incapaz de practicarme un aborto (pese a ser pro-elección) y mi pareja contrariamente pensar que no seguiría adelante con un posible embarazo inesperado, ahora ambos nos encontramos con dudas y cambiando de opinión varias veces al día. Como ejemplo gráfico, ayer a las 09:00 h obtenía la autorización para practicarme una IVE, y a las 19:00 h visitábamos a una ginecóloga para evaluar el embarazo.

 

Así pues, por un lado entendemos que el momento ha sido tan sorpresivo que casi parece una señal; nos ilusiona la oportunidad de vivir esta aventura juntos, y cuanto más tarde peor –con mis antecedentes siempre será un embarazo de alto riesgo, y mirando a largo plazo, pese a las estrecheces a que nos condenamos (mi hijo menor solo está a mi cargo) vemos a diario situaciones más desesperadas que consiguen salir adelante. No vemos, aunque los hay, muchas parejas que se arrepientan, o lo reconozcan, de haber seguido adelante. Yo nunca pienso en los hijos como en bebés, ni utilizo la expresión “tener un bebé”, porque sé que un hijo es un ser humano completo, y aunque deja de ser bebé no deja de ser hijo. A la vez, no me resulta cómodo, ni agradable, pensar en realizarme un aborto (¿a quién sí?) porque no creo que sienta alivio, sino culpa, y no sé si podría superarlo pese a los planes que tenemos por delante.

 

Por otro, también entendemos lo inoportuno del momento. Ante la seguridad de que no había riesgo, y por unas molestias repetidas, he estado tomando ibuprofeno y relajantes musculares para poder dormir por dolores de menisco Frívolamente (lo que me pesa horrores, pero asumo que cualquier emoción es lícita) me repatea la idea de tener que deshacerme de mi vestido de novia (por supuesto ya comprado) espectacular con el que pensaba impresionar a mi pareja y cambiarlo por uno de esos vestidos-camisón que llevan las novias premamá; él, por su parte, reconoce que tampoco es lo que había soñado, y estúpidamente cada vez que recuerdo esa desilusión que le voy a provocar me lleno de lágrimas, y de culpa por ser un argumento tan ligero. No podría participar en la reforma del piso, y es imprescindible terminarla para que esté habitable y ponerlo en alquiler. Son evidentes los gastos y el cambio en el estilo de vida que tendríamos que vivir (aunque, por supuesto, no sabemos si para bien o para mal). No sé qué tal aguantaría mi cuerpo un nuevo embarazo, una nueva cesárea, un nuevo año de sueño hipotecado. Tampoco nuestra relación de pareja. Perdería, como mínimo, este año de estudio –los exámenes, presenciales, me pillarían muy avanzada en la gestación en junio y recién nacido el bebé en septiembre, por lo que no podría realizarlos, ya que son en otra localidad que me implica dormir en un hotel y conducir unos 200 km. Mis posibilidades de mejora laboral quedarían reducidas a la nada, y si perdiera mi trabajo sería una boca más que sumar a las que alimentar. Tengo una edad relativamente elevada y tememos que el niño o niña no viniera totalmente sano. He padecido mucho con mis dos hijos (el mayor nació sordo, aunque ahora oye perfectamente; el menor, como ya he  mencionado, padeció problemas renales y aunque no ha ido a mayores tiende a enfermarse a menudo). Logísticamente no podemos encargarnos de los niños, por lo que canguros/guardería/comedor serían un gasto a añadir, aunque optáramos a ayudas por familia numerosa.

 

Llevamos desde que conocimos la noticia esperando y buscando una señal, un dato, algo que nos haga ver clara la decisión. La incertidumbre me resulta durísima. Y no conseguimos nada. La cita para la IVE es en siete días, y aunque puede ser cambiada, estamos ya en el límite y no queremos posponerla, pues nada ganamos, y si decidimos seguir adelante con el embarazo habría que cuidarlo cuanto antes. ¿Cree que podría ayudarnos?

 

Respuesta

 

Hola amiga:

Entiendo que estás pasando por una situación complicada. Un suceso inesperado como quedarte embarazada sin haberlo planeado posiblemente te ha generado ansiedad e inseguridad. Espero poder ayudarte, aunque, como ya te imaginarás, un psicólogo no te dirá cuál de las alternativas elegir, ya que es una elección que debes hacer tú y tu pareja. Sin embargo, puedo orientarte para hacerte más fácil la toma de decisiones.

 

Para empezar, me gustaría primero ayudarte a quitarle a la situación una parte de su carga negativa, a que no te resulte tan amenazadora (ya que además tenéis sólo unos pocos días para tomar la decisión). Para ello, sería positivo que tu pareja y tú consideraráis una nueva forma de ver la situación de tomar una decisión que propone la psicóloga Susan Jeffers en su libro “Aunque tenga miedo, hágalo igual”. Según Jeffers, la mayoría de las personas tenemos mucho miedo a cometer errores, desde pequeños nos han condicionado con frases de “¡Ten cuidado! Podrías tomar una decisión errónea.” Por ello, cuando estamos entre varias alternativas, nos enfocamos a lo que podemos perder en cualquiera de ellas. No vemos lo que podemos ganar, sino sólo intentamos no cometer un error, que al final no se demuestre que nuestra decisión fue errónea. En tu caso, podría ser, por ejemplo, sentir que estás eligiendo entre, o bien arriesgarte a pasarlo mal económicamente,  renunciar a algunos de tus plantes y tener un embarazo de riesgo, o bien arriesgarte a cargar con sentimientos de culpa y pasar por el proceso del aborto. La nueva forma de ver las cosas consiste en que, decidas lo que decidas, no perderás, saldrás ganando, tomando cualquiera de las opciones como una aventura, aunque ambas alternativas presenten sus dificultades. Nunca se puede saber de antemano cómo al final resultarán las cosas, a veces aquello que parece difícil y desagradable suele traer algo positivo y viceversa.

 

Por ejemplo, si sigues adelante con el embarazo, puedes tomarlo, como tú dices, como la oportunidad de vivir juntos esta aventura, de aprender a sobreponeros a situaciones difíciles, a tener la oportunidad de poner en práctica vuestra creatividad para sortear todos los obstáculos que haya y, finalmente, ir haciéndote cada vez más fuerte ante las adversidades.

 

Si en cambio, decides interrumpir el embarazo, puedes alegrarte por vivir en un país en el que tienes esta posibilidad de elegir, de poder seguir adelante con tus planes, de tener una pareja que te apoye durante el duro proceso de abortar, de ir aprendiendo cómo se pueden superar los sentimientos de culpa tras el aborto y seguir adelante sacando lo mejor de ti, y finalmente, también en esta opción, ir haciéndote cada vez más fuerte ante las adversidades.

 

Una vez consigas ver que decidas lo que decidas, tendrás la oportunidad de aprender, de crecer, de conseguir consecuencias positivas (en vez de tomar como error las dificultades que se presenten en el camino las podrás tomar como oportunidades de aprender), podrás tomarte con mayor calma este proceso de tomar la decisión, eligiendo aquella alternativa que más te convenza.

También puedes utilizar alguna estrategia para ello, te propongo dos:

 

1.       Hacer un balance

 

Coge 2 hojas de papel. En una de ellas escribe “seguir adelante” y en otra “interrumpir”, después divide en 2 partes cada hoja con una línea. En cada uno de los papeles, escribe en un lado las posibles consecuencias positivas de la situación y en otro las posibles consecuencias negativas. Además, a cada una de las consecuencias asígnales un peso según la importancia que tengan para ti, por ejemplo en una escala de 0 a 10. (Como dices, no tiene el mismo peso renunciar a tu vestido de novia que tener un embarazo de riesgo, por ello es importante no sólo la cantidad de consecuencias positivas y negativas, sino también la importancia que tienen para ti). Para cada una de las opciones sumas los pesos de todas las consecuencias positivas y les restas la suma de las consecuencias negativas. Aquella alternativa que tenga un número más alto es la que tiene un mejor balance.

Por supuesto, este método puede parecerte demasiado frío y cerebral, más para una decisión de este tipo, tal vez te guste combinarlo con el siguiente:

 

2.       Visualizar cada una de las opciones

 

Imagínate tu vida después de tomar la decisión, para cada una de las dos opciones e intenta hacerlo con todo detalle. Verás cómo cada una de las opciones tiene sus aspectos positivos y negativos, pero tal vez con una de las opciones te sientas más a gusto, sientas que “va más contigo”.

Espero que alguno de estos métodos te ayude a decidirte, pero ante todo, no olvides que, decidas lo que decidas, estará bien y podrás tomarlo como una aventura y aprender de ello.

 

En fin, espero haberte ayudado.

¡Mucho ánimo!


María Olsanska

 

 

Consulta:

 

Hola, hace muy poco descubri que estoy embarazada, esto no estaba en mis planes ni los de mis pareja, puesto que el tiene la vasectomia, no creiamos posible que alguna vez pudieramos tener hijos, tengo 21 años y siento que aun no estoy preparada para esto, no se si quiero abortar, es una idea que me asusta, pero me asusta mas la idea de traer al mundo una vida, aun tengo muchos planes que no he iniciado y no se si un hijo me dificultaria la realizacion de mis metas, tengo miedo de tomar la decision equivocada, me siento confundida, y por otro lado mi pareja y yo creemos q no tendremos otra oportunidad así, que en las probabilidades del 1% nos paso a nosotros y tal vez deberiamos aprovecharlo y disfrutar este regalo. no quiero mirar al pasado y preguntarme como hubiera sido la vida de una u otra forma, por un lado podria sentir q mi vida hubiera sido mejor sin un hijo a una edad tan temprana y por el otro no quiero decir "ahora ella tendria 5 años y estaria con nosotros". Sin embargo nos han explicado los riesgos de un embarazo luego de una vasectomia puesto que los espermatozoides no se desarrollan como deberian o incluso que tengo mas riesgos de sufrir un aborto espontaneo o un embarazo ectopico. Agradeceria algun consejo

 

Respuesta


Hola amiga:


No es sencilla la situación que planteas. Efectivamente, ha debido ser una sorpresa enorme que te quedaras embarazada aunque tu pareja tenga la vasectomía. Por lo que comentas, te preocupa bastante que, tomar tanto la decisión de seguir hacia delante, como la decisión de abortar, tenga unas consecuencias negativas para vosotros, que luego vayáis a lamentar la decisión que tomasteis. Efectivamente, tomar la decisión no es fácil y apostar por cualquiera de las dos opciones va a suponer dificultades (no es fácil sacar adelante a un hijo, más siendo joven y tampoco es fácil pasar por el proceso de abortar). Realmente, nadie puede tomar esta decisión por vosotros, por ti y por tu pareja, ya que sois los que mejor conocéis todos los detalles de la situación y también los que os conocéis a vosotros mismos. Desde la perspectiva de la psicología, podemos transmitiros la idea de que, toméis la decisión que toméis, podéis verlo como el mejor paso a dar que decidisteis dadas las circunstancias. Si lo veis de esta forma, os resultará más fácil asumir las dificultades propias de la decisión que habéis tomado.
Por otra parte, una de las cuestiones que se trabaja a menudo en psicoterapia es la de aprender a no lamentarse por decisiones en el pasado, a no decirse “debería haber hecho…”. Esto en realidad es una forma de machacarse que no aporta ningún beneficio. Si uno, a posteriori, comienza a encontrarse con pensamientos de este tipo, resulta útil sustituirlos por: “Nunca sabría lo que habría pasado si hubiera decidido la otra opción, efectivamente, esto es difícil, pero tal vez lo otro también hubiera sido difícil. Lo importante ahora es ver cómo afrontar de la mejor forma esta situación.” En resumen, con trabajo de psicoterapia cognitiva, uno puede aprender a no machacarse por decisiones pasadas, y más aún, si la decisión se ha tomado en una situación compleja.


Teniendo en cuenta todo esto, tal vez puedas ahora centrarte en las razones para cada una de las opciones que no tengan que ver con lamentarte en el futuro. Así podrás centrarte más en las razones médicas (posibilidad de un embarazo de riesgo vs. las molestias de pasar por un aborto), económicas y también las personales (si tú y tu pareja sois personas a las que les gustan mucho los niños y queréis aprovechar la oportunidad o si, en cambio, no os gustan en especial y lo veríais como una renuncia de muchas cosas). En fin, se trataría de ver todas estas razones, desde la perspectiva actual y ver cuáles son de más peso. Te animo a leer la respuesta a dos consultas de personas en situaciones muy similares, para ver si te resulta de ayuda.

http://www.centrobravo.es/consultaonline/tomardecision.html


Sé que no es fácil tomar esta decisión, esperamos al menos haberte ayudado a sentirte menos presionada ante ello.

 

María Olsanska

 

 

 

Consulta

 

Hola buenos días.
Estoy embarazada y no sé si quiero tenerlo.
Ya que tengo q criarlo sola además no tengo apoyo ya que mi familia no viven conmigo.

 

Respuesta

 

Hola amiga:


Me imagino que tu situación es dura para ti y que no es fácil tomar una decisión, para la cual, además, tienes un plazo limitado. Desde el punto de vista de la psicoterapia, eres tú quien debe tomar esta decisión, ya que eres tú quien conoce realmente todas tus circunstancias. Los psicólogos no pueden tomar esta decisión por ti, tan sólo pueden ayudarte a que tomes esta decisión de la mejor forma posible.


Hace tiempo nos llegó una consulta sobre este mismo tema, no sé si la habrás leído, si no, aquí tienes el enlace: http://www.centrobravo.es/consultaonline/tomardecision.html


Por supuesto, la situación de cada persona es diferente. Sin embargo, de la misma manera que le escribimos a la otra persona, trata de ver que, tomes la decisión que tomes, ninguna de ellas será un error. Puedo añadir a lo ya escrito en la otra consulta un cuento oriental que nos ayuda a ver que de antemano no sabemos si una cosa será para bien o para mal y que hay que mirar los acontecimientos de manera ecuánime:


Érase una vez un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Los vecinos del anciano labrador se acercaron a su granja para condolerse con él, y lamentar su desgracia, y le decían: ¡Qué mala suerte que tu único caballo se ha escapado! A lo que el sabio anciano les replicó: ¿Mala suerte o buena suerte,  quién sabe?


Unos días más tarde, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes, tantos que casi no cabían en la granja. Entonces los vecinos acudieron a felicitar al labrador diciéndole: ¡Qué buena suerte que tu caballo regresó y además trajo consigo un montón más! A lo que este les respondió: ¿Buena suerte o mala suerte, quién sabe?


Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, este lo tiró al suelo y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia, por lo que fueron de nuevo a decirle al anciano: ¡Qué mala suerte, que tu hijo se ha roto la pierna! A lo que el viejo labrador se limitó a decir: ¿Mala suerte o buena suerte, quién sabe?


Una semana más tarde, el país entró en guerra y fueron reclutados todos los jóvenes varones que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, obviamente lo dejaron tranquilo y se libró de ir a la guerra. ¿Fue eso buena suerte?, ¿O fue mala suerte?… ¿¡Quién sabe!?


Anthony de Mello.


 

Una vez veas que ninguna de las alternativas será un error, puedes tratar de examinar más en profundidad cada una de ellas. En tu caso particular, puedes tratar de ver cómo podrías sacar a tu hijo/a adelante, imaginarte cómo sería tu vida y si es algo con lo que estarías a gusto. Por otro lado, puedes imaginarte cómo sería poner fin a tu embarazo. Trata de examinar tus propias prioridades. Es importante que veas si tus prioridades son realmente tuyas y genuinas. Hay quien no quiere poner fin a su embarazo por razones impuestas desde fuera, por su educación, por algún temor irracional. Una persona puede estar de acuerdo o no con la opción de poner fin a su embarazo, pero es importante que los criterios para decidirlo sean de la persona y no de familiares, maestros o instituciones. También puedes plantearte una tercera opción que es la de seguir adelante con el embarazo y después dar tu hijo/a en adopción. Por supuesto, tampoco es una opción fácil y que también conlleva una importante carga emocional. Te lo comento para que la tengas en cuenta y veas con cuál de estas 3 opciones te sientes más afín.


Espero que te vaya muy bien y recuerda que, elijas lo que elijas, siempre te llevará a crecer y aprender algo nuevo en tu vida, aunque ninguna de las tres opciones sea un camino fácil.


Un abrazo,


María Olsanska

 

 

 

 

 

 

english Switch to English Presentation

 

¿Tienes alguna sugerencia? ¡Cuéntanosla en nuestro buzón de sugerencias!

 

Centro Bravo de Salud Integral - ¡Cuídate a precios Low Cost!

C/ Cerro Blanco 1, local 28026 Madrid * Tlf. 692.751.620 * info@centrobravo.es

Consulta de Psicología Sanitaria inscrita en la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid con el nº CS12816