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Cómo tomar una decisión complicada

 

En esta sección encontrarás consultas acerca de cómo tomar decisiones, cómo elegir entre dos o más alternativas cuando no lo tenemos claro.

 

Consulta

 

Voy a tratar de explicarle pormenorizadamente nuestra situación y quiero agradecerle su tiempo.

 

Tengo 35 años. He tenido varias relaciones estables; tengo dos hijos de 13 y 5 años de dos relaciones diferentes y fracasadas. Cuando mi hijo menor iba a nacer decidí "renacer" y enmendar los errores cometidos, quererme más y ser quien quería ser. Conocí hace cuatro años a un hombre maravilloso con quien tengo una relación.. Vivimos juntos hace dos  y nos casamos el próximo febrero. Él no tiene hijos aunque sí tuvo una relación larga hace tiempo (casi seis años, con convivencia incluida). Estuve casi año y medio sin trabajo, cobrando paro y ayudándome de mis ahorros, y él estuvo a mi lado. Llevo un año en un trabajo que promete estabilidad (pero es una consultoría, con lo cual, más hoy día, nunca se sabe). Él es dependiente de una tienda hace casi una década. Nuestros sueldos rayan el mileurismo, y estamos estudiando ambos a distancia sendos módulos de Grado Superior con intención de llegar a tener la oportunidad de prosperar. Este mayo decidimos comprar un piso a medias y reformarlo poco a poco (ya tiene lo esencial, cocina y baño operativos, pero no suelos, las paredes están sin arreglar ...). No nos planteamos la idea de tener hijos en el presente. Mis antecedentes son dos cesáreas y una pérdida espontánea diferida de diez semanas, con embarazos complicados con preeclampsia e hidramnios en el primero y problemas renales en el feto y luego de nacido con el tercero (el segundo embarazo fue en aborto). Me encontraba bastante cerada a la idea de tener más hijos, y él un poco menos, pero tampoco interesado ni a corto ni a medio plazo.  Teniendo cita (retrasada varias veces por la Seguridad Social) el dí a 30 para ponerme un DIU, descubro el día 29 (o sea: hace nueve días) que estoy embarazada. Nos hemos estado cuidando con métodos y curiosamente este mes pasado por circunstancias apenas hemos tenido relacioones, con lo cual la sorpresa ha sido más que mayúscula y aún nos planteamos cómo ha podido ser. Aunque siempre he pensado que sería personalmente incapaz de practicarme un aborto (pese a ser pro-elección) y mi pareja contrariamente pensar que no seguiría adelante con un posible embarazo inesperado, ahora ambos nos encontramos con dudas y cambiando de opinión varias veces al día. Como ejemplo gráfico, ayer a las 09:00 h obtenía la autorización para practicarme una IVE, y a las 19:00 h visitábamos a una ginecóloga para evaluar el embarazo.

 

Así pues, por un lado entendemos que el momento ha sido tan sorpresivo que casi parece una señal; nos ilusiona la oportunidad de vivir esta aventura juntos, y cuanto más tarde peor –con mis antecedentes siempre será un embarazo de alto riesgo, y mirando a largo plazo, pese a las estrecheces a que nos condenamos (mi hijo menor solo está a mi cargo) vemos a diario situaciones más desesperadas que consiguen salir adelante. No vemos, aunque los hay, muchas parejas que se arrepientan, o lo reconozcan, de haber seguido adelante. Yo nunca pienso en los hijos como en bebés, ni utilizo la expresión “tener un bebé”, porque sé que un hijo es un ser humano completo, y aunque deja de ser bebé no deja de ser hijo. A la vez, no me resulta cómodo, ni agradable, pensar en realizarme un aborto (¿a quién sí?) porque no creo que sienta alivio, sino culpa, y no sé si podría superarlo pese a los planes que tenemos por delante.

 

Por otro, también entendemos lo inoportuno del momento. Ante la seguridad de que no había riesgo, y por unas molestias repetidas, he estado tomando ibuprofeno y relajantes musculares para poder dormir por dolores de menisco Frívolamente (lo que me pesa horrores, pero asumo que cualquier emoción es lícita) me repatea la idea de tener que deshacerme de mi vestido de novia (por supuesto ya comprado) espectacular con el que pensaba impresionar a mi pareja y cambiarlo por uno de esos vestidos-camisón que llevan las novias premamá; él, por su parte, reconoce que tampoco es lo que había soñado, y estúpidamente cada vez que recuerdo esa desilusión que le voy a provocar me lleno de lágrimas, y de culpa por ser un argumento tan ligero. No podría participar en la reforma del piso, y es imprescindible terminarla para que esté habitable y ponerlo en alquiler. Son evidentes los gastos y el cambio en el estilo de vida que tendríamos que vivir (aunque, por supuesto, no sabemos si para bien o para mal). No sé qué tal aguantaría mi cuerpo un nuevo embarazo, una nueva cesárea, un nuevo año de sueño hipotecado. Tampoco nuestra relación de pareja. Perdería, como mínimo, este año de estudio –los exámenes, presenciales, me pillarían muy avanzada en la gestación en junio y recién nacido el bebé en septiembre, por lo que no podría realizarlos, ya que son en otra localidad que me implica dormir en un hotel y conducir unos 200 km. Mis posibilidades de mejora laboral quedarían reducidas a la nada, y si perdiera mi trabajo sería una boca más que sumar a las que alimentar. Tengo una edad relativamente elevada y tememos que el niño o niña no viniera totalmente sano. He padecido mucho con mis dos hijos (el mayor nació sordo, aunque ahora oye perfectamente; el menor, como ya he  mencionado, padeció problemas renales y aunque no ha ido a mayores tiende a enfermarse a menudo). Logísticamente no podemos encargarnos de los niños, por lo que canguros/guardería/comedor serían un gasto a añadir, aunque optáramos a ayudas por familia numerosa.

 

Llevamos desde que conocimos la noticia esperando y buscando una señal, un dato, algo que nos haga ver clara la decisión. La incertidumbre me resulta durísima. Y no conseguimos nada. La cita para la IVE es en siete días, y aunque puede ser cambiada, estamos ya en el límite y no queremos posponerla, pues nada ganamos, y si decidimos seguir adelante con el embarazo habría que cuidarlo cuanto antes. ¿Cree que podría ayudarnos?

 

Respuesta

 

Hola amiga:

Entiendo que estás pasando por una situación complicada. Un suceso inesperado como quedarte embarazada sin haberlo planeado posiblemente te ha generado ansiedad e inseguridad. Espero poder ayudarte, aunque, como ya te imaginarás, un psicólogo no te dirá cuál de las alternativas elegir, ya que es una elección que debes hacer tú y tu pareja. Sin embargo, puedo orientarte para hacerte más fácil la toma de decisiones.

 

Para empezar, me gustaría primero ayudarte a quitarle a la situación una parte de su carga negativa, a que no te resulte tan amenazadora (ya que además tenéis sólo unos pocos días para tomar la decisión). Para ello, sería positivo que tu pareja y tú consideraráis una nueva forma de ver la situación de tomar una decisión que propone la psicóloga Susan Jeffers en su libro “Aunque tenga miedo, hágalo igual”. Según Jeffers, la mayoría de las personas tenemos mucho miedo a cometer errores, desde pequeños nos han condicionado con frases de “¡Ten cuidado! Podrías tomar una decisión errónea.” Por ello, cuando estamos entre varias alternativas, nos enfocamos a lo que podemos perder en cualquiera de ellas. No vemos lo que podemos ganar, sino sólo intentamos no cometer un error, que al final no se demuestre que nuestra decisión fue errónea. En tu caso, podría ser, por ejemplo, sentir que estás eligiendo entre, o bien arriesgarte a pasarlo mal económicamente,  renunciar a algunos de tus plantes y tener un embarazo de riesgo, o bien arriesgarte a cargar con sentimientos de culpa y pasar por el proceso del aborto. La nueva forma de ver las cosas consiste en que, decidas lo que decidas, no perderás, saldrás ganando, tomando cualquiera de las opciones como una aventura, aunque ambas alternativas presenten sus dificultades. Nunca se puede saber de antemano cómo al final resultarán las cosas, a veces aquello que parece difícil y desagradable suele traer algo positivo y viceversa.

 

Por ejemplo, si sigues adelante con el embarazo, puedes tomarlo, como tú dices, como la oportunidad de vivir juntos esta aventura, de aprender a sobreponeros a situaciones difíciles, a tener la oportunidad de poner en práctica vuestra creatividad para sortear todos los obstáculos que haya y, finalmente, ir haciéndote cada vez más fuerte ante las adversidades.

 

Si en cambio, decides interrumpir el embarazo, puedes alegrarte por vivir en un país en el que tienes esta posibilidad de elegir, de poder seguir adelante con tus planes, de tener una pareja que te apoye durante el duro proceso de abortar, de ir aprendiendo cómo se pueden superar los sentimientos de culpa tras el aborto y seguir adelante sacando lo mejor de ti, y finalmente, también en esta opción, ir haciéndote cada vez más fuerte ante las adversidades.

 

Una vez consigas ver que decidas lo que decidas, tendrás la oportunidad de aprender, de crecer, de conseguir consecuencias positivas (en vez de tomar como error las dificultades que se presenten en el camino las podrás tomar como oportunidades de aprender), podrás tomarte con mayor calma este proceso de tomar la decisión, eligiendo aquella alternativa que más te convenza.

También puedes utilizar alguna estrategia para ello, te propongo dos:

 

1.       Hacer un balance

 

Coge 2 hojas de papel. En una de ellas escribe “seguir adelante” y en otra “interrumpir”, después divide en 2 partes cada hoja con una línea. En cada uno de los papeles, escribe en un lado las posibles consecuencias positivas de la situación y en otro las posibles consecuencias negativas. Además, a cada una de las consecuencias asígnales un peso según la importancia que tengan para ti, por ejemplo en una escala de 0 a 10. (Como dices, no tiene el mismo peso renunciar a tu vestido de novia que tener un embarazo de riesgo, por ello es importante no sólo la cantidad de consecuencias positivas y negativas, sino también la importancia que tienen para ti). Para cada una de las opciones sumas los pesos de todas las consecuencias positivas y les restas la suma de las consecuencias negativas. Aquella alternativa que tenga un número más alto es la que tiene un mejor balance.

Por supuesto, este método puede parecerte demasiado frío y cerebral, más para una decisión de este tipo, tal vez te guste combinarlo con el siguiente:

 

2.       Visualizar cada una de las opciones

 

Imagínate tu vida después de tomar la decisión, para cada una de las dos opciones e intenta hacerlo con todo detalle. Verás cómo cada una de las opciones tiene sus aspectos positivos y negativos, pero tal vez con una de las opciones te sientas más a gusto, sientas que “va más contigo”.

Espero que alguno de estos métodos te ayude a decidirte, pero ante todo, no olvides que, decidas lo que decidas, estará bien y podrás tomarlo como una aventura y aprender de ello.

 

En fin, espero haberte ayudado.

¡Mucho ánimo!


María Olsanska

 

 

Consulta:

 

Hola, hace muy poco descubri que estoy embarazada, esto no estaba en mis planes ni los de mis pareja, puesto que el tiene la vasectomia, no creiamos posible que alguna vez pudieramos tener hijos, tengo 21 años y siento que aun no estoy preparada para esto, no se si quiero abortar, es una idea que me asusta, pero me asusta mas la idea de traer al mundo una vida, aun tengo muchos planes que no he iniciado y no se si un hijo me dificultaria la realizacion de mis metas, tengo miedo de tomar la decision equivocada, me siento confundida, y por otro lado mi pareja y yo creemos q no tendremos otra oportunidad así, que en las probabilidades del 1% nos paso a nosotros y tal vez deberiamos aprovecharlo y disfrutar este regalo. no quiero mirar al pasado y preguntarme como hubiera sido la vida de una u otra forma, por un lado podria sentir q mi vida hubiera sido mejor sin un hijo a una edad tan temprana y por el otro no quiero decir "ahora ella tendria 5 años y estaria con nosotros". Sin embargo nos han explicado los riesgos de un embarazo luego de una vasectomia puesto que los espermatozoides no se desarrollan como deberian o incluso que tengo mas riesgos de sufrir un aborto espontaneo o un embarazo ectopico. Agradeceria algun consejo

 

Respuesta


Hola amiga:


No es sencilla la situación que planteas. Efectivamente, ha debido ser una sorpresa enorme que te quedaras embarazada aunque tu pareja tenga la vasectomía. Por lo que comentas, te preocupa bastante que, tomar tanto la decisión de seguir hacia delante, como la decisión de abortar, tenga unas consecuencias negativas para vosotros, que luego vayáis a lamentar la decisión que tomasteis. Efectivamente, tomar la decisión no es fácil y apostar por cualquiera de las dos opciones va a suponer dificultades (no es fácil sacar adelante a un hijo, más siendo joven y tampoco es fácil pasar por el proceso de abortar). Realmente, nadie puede tomar esta decisión por vosotros, por ti y por tu pareja, ya que sois los que mejor conocéis todos los detalles de la situación y también los que os conocéis a vosotros mismos. Desde la perspectiva de la psicología, podemos transmitiros la idea de que, toméis la decisión que toméis, podéis verlo como el mejor paso a dar que decidisteis dadas las circunstancias. Si lo veis de esta forma, os resultará más fácil asumir las dificultades propias de la decisión que habéis tomado.
Por otra parte, una de las cuestiones que se trabaja a menudo en psicoterapia es la de aprender a no lamentarse por decisiones en el pasado, a no decirse “debería haber hecho…”. Esto en realidad es una forma de machacarse que no aporta ningún beneficio. Si uno, a posteriori, comienza a encontrarse con pensamientos de este tipo, resulta útil sustituirlos por: “Nunca sabría lo que habría pasado si hubiera decidido la otra opción, efectivamente, esto es difícil, pero tal vez lo otro también hubiera sido difícil. Lo importante ahora es ver cómo afrontar de la mejor forma esta situación.” En resumen, con trabajo de psicoterapia cognitiva, uno puede aprender a no machacarse por decisiones pasadas, y más aún, si la decisión se ha tomado en una situación compleja.


Teniendo en cuenta todo esto, tal vez puedas ahora centrarte en las razones para cada una de las opciones que no tengan que ver con lamentarte en el futuro. Así podrás centrarte más en las razones médicas (posibilidad de un embarazo de riesgo vs. las molestias de pasar por un aborto), económicas y también las personales (si tú y tu pareja sois personas a las que les gustan mucho los niños y queréis aprovechar la oportunidad o si, en cambio, no os gustan en especial y lo veríais como una renuncia de muchas cosas). En fin, se trataría de ver todas estas razones, desde la perspectiva actual y ver cuáles son de más peso. Te animo a leer la respuesta a dos consultas de personas en situaciones muy similares, para ver si te resulta de ayuda.

http://www.centrobravo.es/consultaonline/tomardecision.html


Sé que no es fácil tomar esta decisión, esperamos al menos haberte ayudado a sentirte menos presionada ante ello.

 

María Olsanska

 

 

 

Consulta

 

Hola buenos días.
Estoy embarazada y no sé si quiero tenerlo.
Ya que tengo q criarlo sola además no tengo apoyo ya que mi familia no viven conmigo.

 

Respuesta

 

Hola amiga:


Me imagino que tu situación es dura para ti y que no es fácil tomar una decisión, para la cual, además, tienes un plazo limitado. Desde el punto de vista de la psicoterapia, eres tú quien debe tomar esta decisión, ya que eres tú quien conoce realmente todas tus circunstancias. Los psicólogos no pueden tomar esta decisión por ti, tan sólo pueden ayudarte a que tomes esta decisión de la mejor forma posible.


Hace tiempo nos llegó una consulta sobre este mismo tema, no sé si la habrás leído, si no, aquí tienes el enlace: http://www.centrobravo.es/consultaonline/tomardecision.html


Por supuesto, la situación de cada persona es diferente. Sin embargo, de la misma manera que le escribimos a la otra persona, trata de ver que, tomes la decisión que tomes, ninguna de ellas será un error. Puedo añadir a lo ya escrito en la otra consulta un cuento oriental que nos ayuda a ver que de antemano no sabemos si una cosa será para bien o para mal y que hay que mirar los acontecimientos de manera ecuánime:


Érase una vez un anciano labrador que tenía un viejo caballo para cultivar sus campos. Un día, el caballo escapó a las montañas. Los vecinos del anciano labrador se acercaron a su granja para condolerse con él, y lamentar su desgracia, y le decían: ¡Qué mala suerte que tu único caballo se ha escapado! A lo que el sabio anciano les replicó: ¿Mala suerte o buena suerte,  quién sabe?


Unos días más tarde, el caballo volvió de las montañas trayendo consigo una manada de caballos salvajes, tantos que casi no cabían en la granja. Entonces los vecinos acudieron a felicitar al labrador diciéndole: ¡Qué buena suerte que tu caballo regresó y además trajo consigo un montón más! A lo que este les respondió: ¿Buena suerte o mala suerte, quién sabe?


Cuando el hijo del labrador intentó domar uno de aquellos caballos salvajes, este lo tiró al suelo y se rompió una pierna. Todo el mundo consideró esto como una desgracia, por lo que fueron de nuevo a decirle al anciano: ¡Qué mala suerte, que tu hijo se ha roto la pierna! A lo que el viejo labrador se limitó a decir: ¿Mala suerte o buena suerte, quién sabe?


Una semana más tarde, el país entró en guerra y fueron reclutados todos los jóvenes varones que se encontraban en buenas condiciones. Cuando vieron al hijo del labrador con la pierna rota, obviamente lo dejaron tranquilo y se libró de ir a la guerra. ¿Fue eso buena suerte?, ¿O fue mala suerte?… ¿¡Quién sabe!?


Anthony de Mello.


 

Una vez veas que ninguna de las alternativas será un error, puedes tratar de examinar más en profundidad cada una de ellas. En tu caso particular, puedes tratar de ver cómo podrías sacar a tu hijo/a adelante, imaginarte cómo sería tu vida y si es algo con lo que estarías a gusto. Por otro lado, puedes imaginarte cómo sería poner fin a tu embarazo. Trata de examinar tus propias prioridades. Es importante que veas si tus prioridades son realmente tuyas y genuinas. Hay quien no quiere poner fin a su embarazo por razones impuestas desde fuera, por su educación, por algún temor irracional. Una persona puede estar de acuerdo o no con la opción de poner fin a su embarazo, pero es importante que los criterios para decidirlo sean de la persona y no de familiares, maestros o instituciones. También puedes plantearte una tercera opción que es la de seguir adelante con el embarazo y después dar tu hijo/a en adopción. Por supuesto, tampoco es una opción fácil y que también conlleva una importante carga emocional. Te lo comento para que la tengas en cuenta y veas con cuál de estas 3 opciones te sientes más afín.


Espero que te vaya muy bien y recuerda que, elijas lo que elijas, siempre te llevará a crecer y aprender algo nuevo en tu vida, aunque ninguna de las tres opciones sea un camino fácil.


Un abrazo,


María Olsanska

 

 

 

 

 

 

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