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Películas para crecer

 

Espíritu sagrado - Chema García (2021)

 

Espíritu sagrado película


Argumento


La película nos acerca a unos seguidores del fenómeno ovni, convencidos de que es posible el contacto con extraterrestres. Este grupo, la asociación OVNI-Levante se ve ante el reto de encontrar a un nuevo líder tras el fallecimiento de Julio, al que tanto admiraban sus miembros por su conocimiento del tema y en cuyo local, una inmobiliaria, se reunían periódicamente. En este grupo conocemos en especial a José Manuel, un joven soltero, dueño de un bar, que cuida de su madre anciana, que, antes de enfermar, había sido la vidente del barrio. José Manuel es el único conocedor de un secreto que le había revelado Julio antes de morir. Mientras tanto, la hermana de José Manuel está buscando a una de sus hijas mellizas, desaparecida hace tiempo.

La película comienza con un tono de comedia que nos hace reír de las absurdas y extravagantes acciones de estos adeptos del grupo, de la seriedad con la que se toman sus creencias, para finalmente darnos cuenta de que el asunto era mucho más serio y dramático de lo que parecía inicialmente.


Lo mejor


Aunque al principio nos parezca que estamos ante una comedia de bajo presupuesto sobre gente rarita sin más, el mensaje de la película resulta ser mucho más relevante. Es especialmente destacable el retrato del protagonista, José Manuel, un hombre cuya vida no parece muy satisfactoria y, también intuimos, que su infancia debía haber sido difícil. José Manuel vive de forma rutinaria, abriendo cada día su bar, atendiendo a los mismos clientes y después cuidando de su madre con demencia. José Manuel además no parece tener mucho encanto para encontrar pareja. Ante esta realidad, este hombre encuentra su pasión en la ufología, algo que le aporta una nueva dimensión a su vida y le ayuda a evadirse de sus aburridas rutinas. Todo ello se ve potenciado por la figura de Julio, alguien a quien José Manuel sigue con gran devoción, su referente y una especie de figura paterna, ante la ausencia de otras relaciones significativas. 

 

De entrada, se puede ver como algo positivo el tener una afición que nos apasiona… sobre todo si a nivel profesional nos dedicamos a algo que nos permite “ganarnos la vida” pero sin que nos aporte mucho más. También puede ser algo valioso buscar gente afín a nosotros, con los mismos intereses. Pero todo ello debe ser algo que nos enriquezca y que se viva desde la salud mental, desde la madurez personal, desde la capacidad de saber estar con nosotros mismos, de haber trabajado sobre nuestros traumas, de afrontar nuestros problemas y carencias y, ante todo, de tener un espíritu crítico y no aceptar cualquier mensaje o doctrina que suene interesante y prometedora sin antes contrastarlo. En este caso vemos cómo Jose Manuel utiliza su pasión para huir de sus problemas, para no tener que hacer un trabajo sobre sí mismo y mejorar su salud mental, para sentirse alguien especial, alguien que tiene en sus manos ni más ni menos el destino de la humanidad. Dice una frase de Viktor Frankl: “Cuando ya no podemos cambiar una situación, tenemos el desafío de cambiarnos a nosotros mismos.” Vemos como José Manuel, en vez de abrazar este desafío ante una vida poco satisfactoria, lo que trata de hacer es utilizar su imaginación para cambiar su propia realidad, sin aceptarla. Una importante premisa de la psicoterapia es que la aceptación de la realidad es el primer paso de cualquier cambio. Sin embargo, José Manuel prefiere vivir en una realidad paralela, llena de fantasía. Pero esta realidad paralela no es precisamente la encantadora realidad en la que vivía Don Quijote que luchaba por sus ideales atacando molinos de viento o pieles llenas de vino, sino que la película nos presenta más bien la realidad de un Sancho Panza que eligió ser escudero de un amo equivocado, con consecuencias trágicas no sólo para él mismo, sino para más personas.


Lo peor


Estamos ante una película de bajo presupuesto, algo que a veces nos ayuda a transportarnos al ambiente que la película nos presenta, el de un barrio humilde de Elche. Sin embargo, algunos personajes secundarios parecen tener poca experiencia con la interpretación y simplemente recitan de memoria el texto que les toca. Esto a veces nos puede chocar un poco, pero, aun así, el mensaje de la película resulta potente.


Cómo me ayudará a crecer


Hay muchas películas, documentales y libros que tratan sobre los mecanismos que utilizan ciertos grupos cerrados, como por ejemplo las sectas o algunas empresas con estructura piramidal de dudosa legalidad. Entre todo este material, es muy recomendable, por ejemplo, el documental Wild Wild Country sobre la comuna de Osho en Oregon, o el libro Influencia de Robert Cialdini, que detalla los diferentes mecanismos para convencer a las personas de cualquier cosa, aunque resulte destructiva. En estas obras generalmente se describe cómo estas organizaciones tratan de dotar a sus miembros de una nueva identidad, proporcionarles la aceptación y el cariño que no han conseguido fuera o prometerles un éxito fácil y rápido. Estos mecanismos suelen funcionar en especial con personas que se sienten vulnerables, que confían poco en sí mismas, que no se sienten satisfechas con sus vidas y que tienen pocas relaciones de calidad. Cuando las personas con este tipo de carencias encuentran la compensación de las mismas en una organización, se suelen convertir en fieles seguidores que no se atreven a cuestionar nada y que ven como enemigo a cualquiera que les lleve a dudar de algo que “tanto bien les hace” supuestamente. 

 

En la película Espíritu Sagrado podemos ver cómo esto sucede a pequeña escala, con un supuesto grupo de amigos de lo paranormal, con un tema que parece inocente, como son los ovnis y el interés por la vida extraterrestre (temas que incluso suelen ser tratados por algunas cadenas de televisión generalistas). Esto nos puede llevar a reflexionar sobre los peligros de convertirse en un “friki” de cualquier tema, entendiendo el concepto de “friki” no solo como una persona apasionada, sino como una persona que usa su pasión como una sustitución de la salud mental y que es rígida en sus creencias, que no las cuestiona una vez esté convencida de ellas, aunque haya evidencias en contra. 

 

Incluso el yoga, la meditación o el crecimiento personal, disciplinas con un gran poder transformador y un enorme potencial para mejorar nuestra vida, pueden conllevar el peligro de ser entendidas de una forma rígida y convertirse en un sustituto de la verdadera salud, si los contemplamos como una vía fácil y rápida de sentirnos mejor en vez de afrontar nuestras dificultades, si las practicamos como una huida de nuestros problemas, si las convertimos más en la seña de nuestra identidad y apariencia en vez de centrarnos en los cambios internos, o si nos entregamos a maestros más interesados en nuestro bolsillo que en nuestro verdadero progreso. 

 

Te recomendamos esta película para entender todos estos peligros de entregarnos ciegamente a cualquier afición y utilizarla para creer que hemos resuelto todas nuestras dificultades.

 

María Olsanska

 

 

El monje y el rifle - Pawo Choyning Dorji (2023)

 

El monje y el rifle


Argumento

 

Esta preciosa película es singular por muchas cosas, en primer lugar, por ser una película butanesa, de un remoto, pequeño y precioso  país (aprox. la superficie de Extremadura y menos de 1 millón de habitantes) situado entre India y China, en pleno Himalaya. Y es singular por la particular y genuina idiosincrasia de este lugar, algo que en la película se va mostrando de forma sutil y extraordinaria. 


Cuenta la historia de un Lama budista cuando pide a su ayudante armas para “poner las cosas en su sitio” ante los cambios bruscos que se están produciendo en el país. Estos cambios consisten en que el rey, puesto que el país ha sido una monarquía durante siglos, ha propuesto cambiar el régimen a una democracia moderna (hoy en día es una monarquía parlamentaria). Pero este cambio no resulta fácil ante un pueblo que ignora lo que es votar, incluso lo que es disentir. La búsqueda de armas del monje topa con un traficante de armas que, curiosamente, quiere la misma “valiosa arma” que el monje. A través de estos personajes vemos (y creo que finalmente es el objetivo del director) el alma de un pueblo que, visto en la distancia y a través de la cámara, resulta a ojos occidentales como lleno de extraterrestres, seres amables, pacíficos, cuyos rostros inspiran ternura, cuya voz (recomiendo verlo en versión original), que tanto dice de las personas, estremece por su belleza, seres sin doblez ni hipocresía pero tampoco con esa bisoñez que trae la confusión.


Lo mejor


Creo que puedo decir que tanto esta película “El monje y el rifle”, como otra del director llamada “Lunana, un Yak en la escuela”, esta última nominada al Óscar por mejor película de habla no inglesa, están entre mis diez películas favoritas (y he visto varios miles, seguramente).

Me enamoran por, desde luego, su belleza visual en un país y unos entornos que parecen de otro mundo o universo, me gustan por el paisaje pero aún más por el paisanaje, como decía un amigo. 


Cuentan historias sencillas, sin casi nada de acción o “brillantes diálogos”, pues lo importante no es lo que hacen esas personas sino lo que son, lo que es este país, que, como digo, nos hace dudar de algunas ideas muy fijadas en nuestra mente. Por ejemplo: si el humano es un ser por definición perverso o al menos enfermo, incapaz de otra cosa que dañar ¿por qué estas personas parecen tan diferentes? ¿Por qué este país parece tan diferente?


Tal vez porque estas ideas las hemos fijado desde la visión de una cultura como la nuestra que, por supuesto con muchas cosas buenas, destaca por su materialismo extremo (y por tanto mezquindad y codicia), por su superficialidad brutal (y por tanto brutalización y confusión) y por su estilo de vida desnortado que nos lleva o acerca al menos a la infelicidad más lamentable en tantas ocasiones. Tal vez nos ha pasado como a Freud que, estudiando a personas enfermas concluyó que el ser humano es eso, enfermedad. 

Por supuesto que nuestra cultura también tiene cosas muy positivas, y es justo reconocerlo. Pero también un lado oscuro terrible. Tal vez deberíamos fijarnos en otras culturas que parecen más sanas a ver si el ser humano es algo más o son solo “excepciones que confirman la regla”.


Lo peor

 

En mi opinión de enamorado de esta película y la anterior poco puedo decir negativo. Poniéndome en otros puntos de vista, supongo que podrá ser tildada de ingenua o naif, de mostrar solo la cara amable de estas personas o este país, aunque el mismo director en alguna entrevista dice que en Bután “no mean colonia” (no con esas palabras) y que en realidad tienen muchos problemas, por ejemplo, que muchos jóvenes emigran a occidente, quizás buscando una vida diferente, más estimulante o quizás atraídos por las “luces de colores” que pueden ver en internet.


Cómo me va a ayudar a crecer


Parafraseando al genial Goscinny y a su genial Asterix podríamos decir: 

En el siglo XXI todo el mundo está ocupado por el espíritu ególatra y depredador…todo? No, una pequeña aldea asiática, poblada de amables budistas resiste esta locura…


La pregunta de las preguntas es: ¿somos las personas por definición seres brutales, “monos espabilados”, guiados por el “gen egoísta” como decía el biólogo Richard Dawkings, seres que exclusivamente buscan la reproducción a cualquier coste, guiados por esa “voluntad de vivir” ciegamente,  como decía el filósofo pesimista Arthur Schopenhauer; seres cuyos atributos profundos, cuya consciencia, cuya empatía, cuya compasión son nada más que un epifenómeno, una herramienta de reproducción más, una elaborada forma de manipulación? Esta visión pesimista está muy extendida, desde la visión judeocristiana, con su “ pecado original” y desde una ciencia reduccionista, donde lo que no se puede medir “no existe” o es superchería. Muchos en nuestra cultura han construido su identidad en defender que las personas somos eso, una bazofia, algo inmundo,  una plaga para el planeta, un conjunto de seres desquiciados.


Pero ¿somos los humanos, independientemente de la cultura, ambiente o experiencia que tengamos, seres básicamente egoístas y brutales o la cultura y el ambiente nos marcan rotundamente? De cómo nos respondamos esta pregunta, dependerá en gran parte nuestra vida. 


Pero hay ejemplos que nos cuestionan esa idea:  por ejemplo, Bután, el reconocido como “pueblo más feliz del mundo”. ¿Dónde encajamos a este conjunto de seres tan distintos,  esa cultura cuya base es el contacto con la “sagrada naturaleza” (país de los pocos que capta más carbono del que emite) y los principios filosóficos y vitales budistas (cuya esencia es cultivar desde el trabajo interno la armonía interna, la ética saludable y el desarrollo de la compasión). 


Su rey, llamado Jigme Singye Wangchuck que, no dedicó su vida a cazar elefantes ni a acumular amantes, sino que, dedicado a su pueblo y ante la necesidad  (y el peligro)  de abrirlo al mundo, declaró  en 1972 que lo importante de su país no era el desarrollo económico o PIB (producto interior bruto) sino lo que llamó FNB o felicidad nacional bruta, que consiste en desarrollo sostenible, conservación del medio ambiente, preservación de la cultura, buen gobierno, e hizo todo lo necesario para que esto no fuera una bonita idea sino una realidad como lo es hoy en día.


Desde una postura más humanista, creemos que las personas no somos básica e irremediablemente malas, tampoco creemos que los humanos somos angelitos y “todo mal viene de fuera”. Creemos, más bien, en la complejidad humana, en la dicotomía que puede, sorprendentemente albergar en la misma especie a Hitler y a Mandela, a Trump y a Gandhi. Creemos en la propia capacidad de decisión, esa que defendía el gran filósofo Epicteto, tan influyente en psicoterapia, y el poder inmenso de la cultura y el ambiente en influir en nuestra forma de ser. Muchos creemos, desde una postura más humanista, y es algo muy respaldado por la antropología y la sociología, que la cultura y el estilo de vida nos influye enormemente. Es la opinión que tenemos algunos, hasta el punto de hacernos muy accesible y cercano el ser un narcisista (como muestra el libro del psicólogo A. Lowen llamado ”El narcisismo, la enfermedad de nuestra tiempo”) o un ser sano y delicioso, como parecen ser la inmensa mayoría de los que salen en esta preciosa película o en la anterior o podemos ver en los documentales sobre este país, por ejemplo el documental “Agente de la felicidad”.

Es sencillo ver que el ambiente general de este país, y en general de muchas partes de Asia y de otros lugares del planeta, es muy distinto al ambiente occidental. Desde luego en Bután hay muchos factores distintos a los nuestros, por ejemplo la sobrecogedora  naturaleza, pero también la forma de vida; por supuesto que hay que tener en cuenta que la vida rural en cualquier sitio es distinta a la urbana. Pero es fácil concluir que para un Butanés es bastante más sencillo ser, como la mayoría de sus paisanos, una persona calmada, empática, sana y compasiva. Esto para un occidental, con una cultura basada en el tener (y no en el ser), en el individualismo total, en la competitividad, en el espíritu hedonista y depredador, es un reto inmenso.


La forma de vida occidental que, como digo, ya no solo está en el occidente geográfico, sino que se ha extendido como un aceite rancio, que diría Benedetti,  me recuerda muchas veces a aquella extraordinaria película  llamada “Monsterś ball". En esta película se narra la herencia patológica en una familia, esa bola de monstruos, esos seres patológicos que criaban a seres monstruosos que, a su vez, criaban a seres monstruosos (por favor, ve esta magnífica película). Esto se da muy a menudo, como bien sabemos los terapeutas experimentados.


Si ponemos en la ecuación por un lado esta habitual herencia tóxica, haber sido criados por personas con taras importantes, y por otro lado la cultura de la superficie, la tontuna, la necesititis y el consumismo, nos sale que hoy en día resulta un inmenso reto, no ya tener una vida brillante y repleta de amor y crecimiento, resulta un inmenso RETO tan solo vivir no desquiciado, ni en el odio o en el vacío, vivir sin tener en la mesilla el antidepresivo o el ansiolítico o los dos a la vez. Los terapeutas que promovemos el crecimiento no podemos más que animar a los demás a ser salmones y nadar contracorriente.


Hoy en día, en gran medida, es un RETO vivir sin el antidepresivo o el calmante en la mesilla, sin ser verdugo o víctima, explotador o explotado en una cultura de la depredación y la egolatría; que es un inmenso RETO no tener una auténtica vida de mierda, aunque se cene cada noche lujosamente o se tenga casa con piscina. Por supuesto que exagero y también hay mucho bueno en nuestro entorno, pero esto sigue siendo la triste realidad de la mayoría. En el mejor de los casos en nuestra cultura aspiramos a no estar “muy tocados” y llevar vidas mediocres pero no desquiciadas. En el peor de los casos la depresión, la ansiedad, el vacío existencial o los  “estupendos” tratamientos psiquiátricos o las relaciones tóxicas nos esperan.


En mi visión, la razón de porque los butaneses son más felices, tendrá que ver con muchos factores, la comida, la altitud, el excremento de yak que tanto usan (?). Pero lo que marca la diferencia es su forma de vida, basada en una profunda espiritualidad budista. 


Cuando hablo de espiritualidad no hablo de creencias esotéricas o metafísicas, tampoco hablo de elaborados ritos ni tampoco de ver la vida desde el pensamiento mágico o positivo, tan de moda. No hablo, todo lo contrario, de posiciones ortodoxas ni del barniz espiritual, tan de moda y tan lamentable, pues no hay nada más triste que intentar convencer o convencerse de ser lo que no se es.


Cuando hablo de espiritualidad, me refiero a una conexión con uno mismo y con la vida, una tecnología sagrada o ascesis, es decir, un trabajo interno,  a una actitud de respeto o incluso de sacralidad ante la vida y sus seres, una comprensión del misterio que es la vida, me refiero a una forma de autogestionarse sin la cual somos esclavos de nuestra brutalidad interna, de nuestros apetitos desenfrenados, de nuestras emociones-veneno como la ira, el apego patológico, la depresión, la envidia, la confusión, etc. Sin profundidad o espiritualidad vamos por la vida sin sistema inmune emocional y las enfermedades emocionales, la desorientación y el vacío existencial nos arrasan.


Es en esto donde los butaneses nos ganan por goleada y la raíz de su bienestar, en mi falible visión. 


No creo que haya que copiarles a ellos ni a nadie, tan solo creo que estaría muy bien ver a estos seres y reflexionar sobre ciertas cuestiones que nos pueden surgir:  ¿seguro que la felicidad está en el tener y no en el ser como nos han dicho desde siempre? (“me lo decía mi abuelito, me lo decía mi papá” dice el poema de Goytisolo) ¿Es nuestra forma de vida la mejor, la más sensata? ¿Es normal esta psicopatía tan extendida, este consumo enorme de psicofármacos? ¿Habría que irse al Himalaya para tener una vida más sensata, o es posible aquí, cultivándose y construyendo otra vida, como muchos han logrado?


Ver, por tanto, otro tipo de vida, otro tipo de personas de vida sencilla, centradas en el inmenso lujo que es estar vivo, sin más, vivir con personas auténticas, que no traumas con patas, poder simplemente apreciar la vida desde la salud integral y desde las relaciones con seres sanos, estableciendo vínculos reales de amor… ¿no es eso lo que queremos todos y todas? ¿en qué lamentable momento dejamos de ver esta realidad????


Y para todo ello,  para ver esto, aconsejo ver esta (o mejor estas) películas extraordinarias y preciosas.


Jose Bravo


 

 

 

Soy Nevenka - Icíar Bollaín, 2024

 

Soy Nevenka

 

Argumento:

 

La película cuenta la historia real de Nevenka Fernández que en 2001 decidió denunciar el acoso sexual sufrido por parte del alcalde de Ponferrada mientras era concejala en el ayuntamiento. Como se puede ver al principio de la película, fue la primera mujer en España que denunció a un político por ese tema. La película nos presenta la historia completa de lo sucedido, desde que Nevenka comienza en el ayuntamiento bajo la supuesta tutela de quien se convertirá en su acosador, relatando las estrategias de seducción combinadas con presión y amenazas del mismo, pasando por la soledad y la angustia vivida por la víctima, hasta llegar a la denuncia y los hechos que ocurrieron después.

 

Lo mejor

 

Lo que más destaca en la película es el retrato del acosador, un político muy popular en su ciudad, amigo de la familia de Nevenka, persona de entrada muy sociable y “campechana”, que aparenta estar en la política para hacer algo al estilo de “convertir su ciudad en grande”. Su interés real es bien distinto, ya que ejerce su poder de forma corrupta, buscando beneficiar sus propios negocios y los de sus amigos a la vez que mucha gente le apoya porque le “deben una”. Por lo que vemos en la película, al parecer, este proceder es algo tan normalizado en su entorno que ni siquiera se cuestiona.  Este señor se cree con derecho a lo que se le antoje por ser quien es, cree que todo el mundo le debe “besar los pies” y, desde esta posición, conoce a Nevenka, una atractiva chica joven, recién graduada, con poca experiencia y muchas ganas de aprender. Podemos ver los mecanismos de seducción que utiliza este alcalde, confundiendo a la joven al comportarse con ella desde una mezcla de paternalismo, amistad y declaraciones de amor que combina con cierta presión. De esta manera, al principio consigue su consentimiento para una relación sentimental, aunque sea con la boca pequeña. Después vemos cómo recurre a mecanismos cada vez más destructivos para que la víctima, muerta de miedo, presionada e incomprendida por su entorno (incluidos sus padres), continúe en una situación de vulnerabilidad y le cueste cada vez más poner fin al acoso.

 

También es muy destacable cómo se nos presentan ciertos mecanismos sociales que en aquella época (y que todavía perduran lamentablemente en algunos miembros de nuestra sociedad) veían a la víctima como alguien que, o bien se ha buscado la situación, porque “seguro que le ha provocado” (o visto de una forma más sutil “no se ha negado a ello”), o bien como alguien que quiere perjudicar a alguien poderoso para sacar algún tipo de provecho personal. La película nos deja bien claro que sufrir este acoso y denunciarlo ha tenido muchos costes para la protagonista, tanto psicológicos, como familiares y profesionales y que, desde luego, no le ha aportado ningún tipo de beneficio. Actualmente, gracias a la lucha y valentía de muchas mujeres, parte de la sociedad se ha deshecho de estos mecanismos y las víctimas de las agresiones sexuales cuentan con una mayor credibilidad y apoyo, pero, aun así, estos mecanismos, como digo, continúan presentes y sigue siendo necesario que se hagan películas como ésta para denunciarlo.

 

Lo peor

 

La película resulta bastante completa y tiene mucha fuerza, aunque algunas veces se producen saltos temporales que no terminan de quedar claros y dificultan la percepción de cuánto duró y cuán intensa fue cada una de las etapas de lo sucedido. Por supuesto, la película le molestará a quien defienda una sociedad machista donde se cierren los ojos ante los abusos y otros tipos de agresiones sexuales.

 

Cómo me ayudará a crecer

 

La película nos permite ver la historia del acoso de Nevenka de una forma detallada y personal, nos hace vivir de primera mano las trampas del acosador. Todo ello nos puede ayudar a hacernos conscientes de la importancia de mantener presente que en la sociedad hay muchos depredadores sexuales y que estos depredadores se pueden esconder detrás de una persona poderosa y admirada por la sociedad. Recuerdo cómo en mi adolescencia (años 90) se nos advertía mucho de violadores pervertidos que podían sorprendernos en un callejón por las noches, pero nadie nos prevenía de los psicópatas integrados en la sociedad que poco a poco van manipulando a sus víctimas hasta reducir a la mínima expresión su capacidad de creerse dignas de respeto.

 

Ver de cerca este proceso también nos puede llevar a reflexionar y prepararnos para ver que, por muy convincentes y negativas que puedan ser las amenazas del acosador (como dejarnos sin futuro profesional o de perjudicar a nuestra familia), es mejor decir “basta” para no soportar más una situación que nos pueda minar hasta la extenuación. Esto, por supuesto, no quiere decir que, quien no diga “basta”, sea culpable de su situación, algo que precisamente recalca esta película, ya que las manipulaciones y las amenazas de estos psicópatas suelen ser muy poderosas. Sin embargo, conocer la historia de quien lo sufrió nos prepara para reconocer más fácilmente a personas con este perfil tóxico y nos hace ver que ningún supuesto beneficio prometido por este tipo de psicópatas compensará el sufrimiento al que se nos someta. Por todo ello, esta película debería ser de visionado obligatorio para personas jóvenes como una preparación para los peligros con los que se pueden encontrar en su vida profesional y es muy recomendable para todos nosotros.

 

María Olsanska

 

 

Sorry we missed you - Ken Loach 2019

 

Sorry we missed you


Argumento


La película realiza un retrato de una realidad laboral durísima, con la que muchas personas se sentirán identificadas y otras tantas conocerán a alguien que la esté viviendo. Esta realidad se nos presenta a través de la historia de un padre de familia que, después de una larga e infructuosa búsqueda de empleo, decide aceptar el trabajo de repartidor de una gran compañía, pero con la condición de ser autónomo, costear su furgoneta, a la vez que tiene que cumplir con las exigencias de la compañía sin un solo fallo, sin poder rechazar envíos y sin poder faltar al trabajo salvo que encuentre a un sustituto. Cualquier incumplimiento de estas condiciones será sancionado económicamente. Las exigencias de este trabajo irán pasando cada vez más factura a su vida personal y familiar.


Lo mejor


La película te transporta a la vida del protagonista, las escenas de la vida cotidiana de los personajes te transmiten la asfixiante exigencia de un trabajo en el que los beneficios y la reputación de la compañía son lo único que importa. Podemos ver cómo el protagonista se ve atrapado en ese trabajo para poder pagar el crédito de su furgoneta, un crédito que fue necesario precisamente para que pudiera empezar a trabajar. A pesar de que su vida familiar se está desmoronando debido a las largas horas que pasa trabajando, él continúa con ello, mientras las consecuencias se vuelven cada vez más dramáticas.

El protagonista dedica casi todo su tiempo y su energía a la compañía que, a pesar de ello, le presiona para que dé más, nada parece ser suficiente. A través de la figura del exigente jefe, carente de cualquier atisbo de empatía, cuyo único objetivo es que su compañía sea la mejor valorada, tenga mayores beneficios y crezca, podemos hacernos una idea de las condiciones de muchas empresas gigantes, de rápido crecimiento, empresas obsesionadas con las omnipresentes reseñas y que utilizan supuestas estrategias de ganar-ganar, de darle una ilusión de liderazgo y emprendimiento a sus trabajadores, para, en realidad, minimizar sus propios costes y generar enormes beneficios. La película nos acerca también a la realidad distópica de uno de los capítulos de la excelente serie Black Mirror, dónde cualquier interacción con cualquier persona puede ser valorada con una reseña y la vida en esa sociedad se convierte en una lucha por causar una buena impresión, satisfacer a los demás, sin que importe nada más, ya que es la valoración de cada persona la que le permite el acceso a determinados privilegios. En este caso las reseñas serían para la compañía (mientras que al trabajador las reseñas positivas no le benefician, pero sí las negativas se traducen en sanciones) y la película no pretende ser una distopía sino, lamentablemente, una descripción de la actualidad.


Lo peor

 

La película resulta bastante cruda, nos transmite un relato desesperanzado, sin ninguna vía de salida, como si el personaje fuera condenado a ser una mera pieza de engranaje que hace funcionar una compañía.


Qué puedo aprender


Podemos reflexionar sobre el sistema en el que vivimos, un sistema basado en el objetivo principal (si no único) de crecimiento económico y la mayor rentabilidad posible de las compañías. ¿Hasta dónde nos va a llevar la defensa a ultranza de la teoría de Adam Smith de que el mercado que persigue el beneficio individual (o mejor dicho, el beneficio de la compañía sin escrúpulos que acapare gran cuota de mercado) se regula solo y trae los mejores beneficios para la sociedad?  ¿Realmente esquivar todas las luchas por el bienestar laboral con supuestamente “nuevos y ultramodernos” modelos de empresa puede acabar bien? ¿Cuántas personas que, ante la dificultad de encontrar un puesto de trabajo a partir de una determinada edad acaban aceptando esta explotación disfrazada de espíritu emprendedor? ¿Cuántas personas habrán visto mermada su salud física y mental por un trabajo que no les deja ni un minuto para cuidarse a sí mismos, su relación de pareja o a sus hijos?


Hasta aquí nos ha llevado el materialismo radical y omnipresente en nuestra cultura. Una de sus consecuencias, presentada en esta película, es que nos hemos dejado condicionar para creer que vamos a ser más felices si podemos comprar de todo fácilmente, a buen precio, con solo tocar un botón en la pantalla de nuestro móvil, y al día siguiente nos lo sirven en la misma puerta de nuestra casa, sin preguntarnos generalmente cómo es posible que algo tan económico y “servido en bandeja” siga saliendo rentable a quién está detrás del negocio. ¿Pero realmente es sostenible este omnipresente comercio electrónico a domicilio?


Cada etapa de la humanidad tenía sus propias luchas. Y una de las luchas de la nuestra es una lucha contra esta mentalidad materialista. ¿Podemos desegancharnos de tanto condicionamiento que nos vende la felicidad y satisfacción a través de las posesiones, a través de poder comprar de todo, poder acumular, confundir la felicidad con el lujo y desear la vida de aquellos que ostentan mansiones, fiestas, yates, viajes…? Y si estamos en una situación límite de escasez económica, ¿es posible que no nos olvidemos de que sin salud mental no hay felicidad? ¿Podemos tomarnos un tiempo para examinar si un trabajo o “un proyecto de emprendimiento muy atractivo” puede destruir nuestra estabilidad mental? Y si no tenemos más remedio que aceptar o continuar en un trabajo con un jefe hiperexigente, sin empatía, en un trabajo que nos genera estrés, ¿podemos al menos buscar que sea algo temporal, algo que no nos vincule por un crédito? ¿podemos utilizar mientras tanto nuestro ingenio para buscar una forma que nos permita ganar un sustento pero sin perder nuestra vida en el intento de “ganárnosla”? Y aunque esto suene impopular, ¿podemos en algunas situaciones renunciar a ciertos caprichos, fiestas, viajes y no vernos obligados a mantener un determinado nivel de ingresos a cualquier costa? Allí seguramente surgirá el argumento de “Es que me lo merezco con lo fastidiado que estoy en en el trabajo”. Pero si empezamos a asomar la cabeza por encima de este espíritu materialista de nuestra época ¿no podemos acaso encontrar otra forma de encontrar satisfacción que no cueste dinero? ¿No podemos, en vez de huir compulsivamente del malestar mediante caprichos, dedicar nuestra energía a cultivar nuestra salud mental, nuestra resiliencia y relaciones de calidad? 

 

La serie me conectó con una experiencia personal de mi pasado (aunque, afortunadamente no llegó a ser tan extrema). En un momento de mi vida me vi sin más opciones que aceptar un trabajo que no me despertaba el más mínimo interés, que por la distancia me obligaba a pasar 12 horas cada día fuera de casa, dónde tenía que trabajar a un ritmo que me quitaba energía para el poco tiempo libre que me quedaba, dónde tenía que escuchar determinada filosofía de empresa que tenía tufillo a secta… y que no me dejaba tiempo ni siquiera para buscar un empleo que al menos estuviera más cerca de mi casa. Tenía muy claro que eso no lo quería para el resto de mi vida y puse todo mi esfuerzo por salir de esta situación, ahorrando para poder permitirme salir de allí a la vez que dedicaba el poco tiempo que me quedaba para profundizar en formas de gestionar mi cansancio y trabajar sobre la manera de tomarme las exigencias que soportaba de lunes a viernes. Espero que, con el preciso trabajo personal y el cuestionamiento de los valores materialistas, cada vez más personas sean capaces de encontrar una vía de salida a situaciones laborales que merman la salud mental. Por todo ello, te recomiendo esta película.


María Olsanska


 

 

Radical – Christopher Zalla 2023

 

Radical película

 

Argumento


La película mexicana, basada en hechos reales, lo que la dota de una fuerza aun mayor, trata sobre un colegio con alumnos que viven en gran pobreza, en un entorno lleno de narcotráfico, delincuencia y corrupción, un colegio que parece no importarle a nadie y donde los maestros son enviados por castigo, donde los alumnos que abandonan los estudios antes de tiempo superan a los alumnos que los finalizan. En un entorno tan desfavorecido, uno esperaría que la película sería triste, pesimista, que se centraría tan solo en la crueldad de esas condiciones sociales. Pero, como dijo Bertolt Brecht, “las revoluciones se producen en los callejones sin salida” y la película nos sorprende con el personaje de un nuevo profesor que llega a este colegio para dar clases a los alumnos del último curso de primaria. Este profesor introduce nuevos métodos “radicales” de enseñanza que al principio despiertan incredulidad hasta en los alumnos y, por supuesto, en los demás profesores y profesionales de la enseñanza. La película contiene una fuerte crítica social y lo hace a través de mostrarnos lo mejor de los seres humanos, nos devuelve la fe en que el cambio hacia una sociedad “más humanizada” y con menos competición feroz es posible.

 

Lo mejor


La historia que nos cuenta la película es altamente conmovedora en el buen sentido, sobre todo resulta conmovedor ver el desarrollo del potencial de las personas, tanto los alumnos como el maestro.
La película señala también hasta qué punto la educación de hoy en día está alejada de la vida real. Ahora lo más importante parece que el currículum académico esté repleto de una gran cantidad de material. (La mayoría de los jóvenes clientes que vienen a terapia conmigo, estresados por la vida académica, me hablan de que lo habitual en el curso académico es no acabar los libros de texto, a los profesores no les suele dar tiempo a dar todo el temario propuesto). También parece que lo que importa son las evaluaciones y las notas (los jóvenes clientes también parecen pasar más tiempo haciendo exámenes y recuperaciones que aprendiendo la materia). Al final el objetivo principal de la educación parece ser obtener un título y así poder acceder a un empleo que nos asegure la supervivencia. Pero este tipo de educación despierta poco interés real, no potencia la motivación intrínseca por aprender, lleva a los niños y jóvenes a dedicar la mayor parte de sus vidas mirando al futuro, hacerlo todo para obtener una recompensa en un futuro lejano, contribuyendo a este enfermizo modo de vida de nunca estar en el presente, no disfrutar del camino y darles toda la importancia a las metas, viviendo en una eterna persecución de algo, sin apreciar el presente. Si este tipo de enseñanza no resulta motivadora en un entorno con más recursos, lleva a un abandono masivo de los estudios en un ambiente desfavorecido, donde la búsqueda de dinero rápido parece ser la única salida para la supervivencia de muchas familias.  
La película plantea métodos de enseñanza que han sido estudiados por la psicología de la educación, como el aprendizaje significativo, el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje a través de la cooperación y la resolución de problemas pero que después no suelen llegar a las aulas, salvo en casos contados y que, por ejemplo, en España, suelen ser accesibles solo a aquellos que pueden pagar unas altas tasas.
También resulta muy inspiradora la valentía del profesor para salirse de las normas establecidas y tener fe en lo que hace, a pesar de que los demás le critiquen por ello. Es un ejemplo de una rebeldía sana y constructiva.

 

Lo peor


Por supuesto, la película no gustará a los amantes de efectos especiales y acción. Les resultará incómoda a personas nihilistas con ideas de que nada se puede cambiar, que nada vale, o a los defensores del orden establecido.

 

¿Cómo me ayudará a crecer?


Esta película no te dejará indiferente. Te llevará a la reflexión sobre qué es lo realmente importante y sobre cómo vivir una vida con significado. Verás cómo el protagonista, que habría podido tener una vida que se entiende como acomodada en la que limitarse a cumplir con lo que se le pide, eligió arriesgar mucho para llevar adelante un sueño.
También verás cómo una persona individual puede conseguir cambios inspiradores en el mundo cuando decide vivir según sus ideales, lucha por ellos con tenacidad y no se echa atrás ante los obstáculos, tanto las dificultades materiales, como personas que no tienen fe en él y le critican.
En esta reflexión podremos preguntarnos a nosotros mismos a qué contribuimos con nuestras acciones, si estamos conectados con nuestros sueños y valores profundos o los hemos enterrado, olvidado o considerado como un lujo que no nos podemos permitir, en una sociedad dónde todo nos trata de empujar a darle la prioridad a lo material, el consumo, el estatus social, a costa de prisas y estrés, siempre con la mirada puesta en la siguiente meta, tal y como eficazmente nos inculcó el sistema educativo donde lo más importante parecen ser las notas.
Por todo ello, te recomendamos esta película.

 

María Olsanska

 

How to have sex-Molly Manning Walker (2023)

 

How to have sex portada

 

Argumento

 

Hoy recomendamos una película que trata un tema de gran actualidad, el sexo, en concreto la iniciación al sexo de una adolescente inglesa. Es la historia de tres amigas que se van de vacaciones y que tienen la idea muy común (y muy adolescente también) de que divertirse es perder todos los límites posibles y beber hasta reventar y desinhibirse completamente. Conocen a un grupo de chicos a los que se unen para ese pasárselo bien. Pero la protagonista tiene un oscuro y doloroso secreto (?), es virgen.

 

Lo mejor

 

Es una película que nos hace reflexionar sobre el sexo en el mundo actual. Puede parecer que siempre fue así, los adolescentes, con su carga enorme de energía y hormonas, no pueden (ni deben) reprimir nada de lo que sienten o les apetezca, pero en mi opinión no es así. Si esas hormonas y energía es propia de la edad, el contexto también es importante. 

Y el contexto cultural sobre el sexo es una banalización de éste sin precedentes, un “¿Por qué no?” a cada instante, el contexto es una cultura que en muchas ocasiones, como dice el clásico “solo se arrepiente de lo que no ha hecho”. En este contexto, ser virgen es algo terrible a remediar lo mas rápido posible, como puede ser que alguien cuando no está maduro sexualmente (a eso de los 12 o 13 años) espere para probar este manjar de dioses  y además sin ningún peligro que es el sexo (???).

Pero este contexto es muy masculino y diría que un gol en fuera de juego que le han metido al mundo feminista (y el var no ha anulado). Es una sexualidad, en mi falible opinión, muy masculina y hasta diría machista, y a la que muchas chicas se ven obligadas por la presión social y por ser como las demás, por ser normal.

 

Lo peor

 

A los que hace tanto tiempo que pasamos nuestra adolescencia que ya casi no nos acordamos, nos resultará un poco cargante estar hora y media en ese mundo tan intenso y exaltado. Hay que reconocer que son adolescentes ingleses y, como muchos de sus mayores, al salir de casa dejan al “very polite citizen” y sacan la bestia parda que lo mismo bebe hasta morir que se tira a la piscina desde el balcón de su habitación.

 

Cómo me puede ayudar a crecer

 

La sexualidad, como tantas otras cosas, está un poco desnortada en nuestra época, en mi modesta opinión. El acceso indiscriminado y sencillo a la pornografía y la falta de equilibrio para su potencia y, por tanto, su peligro, lo convierte en eso, un enorme peligro por el que mucha gente sufre, ya sea su propia adicción o una relación tóxica con él.

Con esta película vemos que no todo el sexo es tan divertido como parece para todo el mundo y que a veces no tendría que ser tan urgente perder la virginidad o tener sexo a cualquier precio. Lo más curioso y paradójico es que, según las estadísticas, en esta sociedad hipersexual hay menos sexo que nunca, las parejas tiene menos sexo que décadas atrás. Y es que tal vez, solo tal vez, hacer las cosas mal va a ser mala idea.

Por todo eso, te aconsejamos ver esta película.


 

 

 

 

 

Custodia compartida (Xavier Legrand-2017)

 


Dedicamos esta recomendación a una querida clienta nuestra, con un caso muy parecido al de la película, una luchadora valiente, y que ni la psicopatía de su ex-marido ni la corrupción y locura del sistema, pueden con ella. Bravo por ella y por todas.


Argumento

 

El argumento de esta película no puede ser más realista y común en nuestros días: un matrimonio se separa y la mujer se queda con la custodia de los niños. Hay graves indicios (se intuyen más de los que son mostrados en el argumento) de que el marido es un tipo nada de fiar, un maltratador, una buena pieza, pero aún así, con muchas tretas consigue tener más contacto con la familia del que debería tener por su abusivo y psicópata comportamiento. Desde ahí, todo se va complicando.


Lo mejor

 

Esta película refleja fielmente un caso típico, tan visto por quienes nos dedicamos a la psicoterapia; esos casos de los cuales, en general, oímos simplemente un momento en la radio en el coche o en la noticias (y otra mujer asesinada o maltratada delante de sus hijos en tal lugar). No vemos, aunque tal vez intuimos, el grado de sufrimiento, miedo y locura que arrastra el caso, el grado en que el estado (y los demás) deja o dejamos a personas a su suerte ante un ser desquiciado, o nos sentimos impotentes para protegerlas. 


Y el papel principal en ese estado de derecho, claro, corresponde a los sistemas de seguridad y a los que tienen una mayor responsabilidad en el sistema judicial, es decir, los jueces. Por supuesto que entiendo que ser juez es una tarea ardua, y más en una cultura que cree que el conocimiento técnico y teórico puede y debe solucionar todos los problemas. Los jueces son entrenados para aprender leyes, jurisprudencia, derecho, es decir, para cultivar sus conocimientos, pero nadie los prepara para tener empatía, sentido común, ecuanimidad. El gran Erich Fromm diría que TIENEN  “conocimiento de la justicia” pero que no SON ni conocimiento ni justicia. Carecen de lo que en cualquier cultura sensata se tendría por sensato; que el juez sea el más sabio, que significa no ser el más culto sino el más ecuánime e imparcial, capaz de decidir con equilibrio.


Por supuesto que hay y habrá muchos casos donde la mujer abuse de su condición para sacar mayor partido en un divorcio, pero no parece lo más común. Este caso que presenta la película me parece mucho más paradigmático (miremos estadísticas y veamos).

Los que niegan el lamentable machismo que viene arrastrando nuestra cultura desde hace mucho (desde que la “mujer fue extraída de una costilla masculina”…) se agarran a esos abusos femeninos para justificar estos “fallos del sistema” donde las mujeres, y por extensión sus hijos, son acosadas hasta extremos terribles, como en la película. 


Pero el machismo fue y es una realidad. Es sorprendente cómo las personas establecemos nuestros límites en base a nuestra cultura y los valores imperantes, cómo la cultura nos influye. Es por eso que las personas más avanzadas cuestionan lo recibido y las menos dicen: “claro, eso es así, de toda la vida”. Solo en el contexto de una cultura notablemente machista se puede entender que un hombre se permita a sí mismo sentir, como el hombre de la película, “que su mujer le deje no está bien, no es el orden natural de las cosas, que su mujer debería ser sumisa y acatar sus desmanes”. Al fin y al cabo, como dijo Picasso, que como pintor era un genio pero como persona dejaba bastante que desear, sobre todo en la relación con las mujeres: “las mujeres son máquinas de sufrir”.


Yo creo que en todo conflicto hay dos posturas que podemos adoptar; la supuesta y la sensata. La supuesta es en la que nos identificamos con una de las partes, la que nos representa supuestamente y defendemos esa postura contra viento y marea. Por ejemplo, convertir estos problemas en una lucha de sexos. Entonces cada hombre defiende a los suyos, los hombres, y desde el temor a que le quiten derechos y que una vez le pase esto y una mujer abuse de él. Esta postura sería, por ejemplo, ver el machaque brutal recibido por la raza negra durante siglos como una lucha de razas. Nada de eso. Es una lucha de la sensatez contra la psicopatía. Y también esta postura es la que adoptan, por ejemplo, los judíos u occidentales que, viendo el obvio genocidio de Gaza, justifican toda atrocidad de una forma u otra pues el genocida gobierno Israelí “simplemente se defiende como país y defiende occidente de los orcos/árabes” (matar niños no es tan malo cuando hay una razón detrás…). 

Pero hay otro tipo de postura, la sensata, que consiste en comprender que matar o acosar a alguien, sea mujer, negro, gitano, de Málaga o de Chinchilla-Albacete, es una burrada y no se puede consentir. Se trata de tener la justicia por criterio, no de idiotas identificaciones sexuales, de raza o de nacionalidad. Defender a las mujeres si, como es obvio, han sido machacadas toda la historia, sin decir ingenuamente que las mujeres son santas (yo personalmente he conocido más psicópatas mujeres que hombres), es una obligación con la justicia. Decir que casos como los de esta película son INSOPORTABLES es algo necesario y esta película lo muestra bien claro.


Lo peor

 

Me parece una película sobria y muy bien contada y dice lo que quiere decir claramente. Podría, tal vez, ser más inquisitiva o psicológica en algunos puntos, por ejemplo en entender por qué el hombre es tan pedazo de bestia.


Cómo me ayudará a crecer

 

Esta película nos ayuda a reflexionar sobre la psicopatía y el machismo, una realidad brutal. Desde hace demasiado tiempo las mujeres son agredidas física y sexualmente (yo he oído en terapia cientos de relatos de abusos sexuales a mujeres, abusos muy diferentes perpetrados a personas que no iban a terapia por ello, sino que lo habían sufrido como algo normal, como algo consustancial a la condición de ser mujer, si no lo crees, habla con varias mujeres al azar a ver qué te cuentan), mujeres explotadas, casadas siendo niñas, esclavizadas, con la mayor carga de trabajo, discriminadas, sin poder de decisión ni siquiera sobre su cuerpo o sus hijos, víctimas de esa misoginia tan extendida,


Nuestra cultura, en mi subjetiva opinión, fue fundada y esculpida por hombres y concretando más, por hombres misóginos. Podríamos citar cientos de frases de ese profundo asco y odio que a tantos “sabios fundadores” les inspiró el género femenino.


Platón dijo que “la mujer es una degeneración del ser humano”, muy bien, mientras que su discípulo Aristóteles dijo “que la mujer es el ser imperfecto”. El filósofo Boecio, filósofo de cabecera del mítico personaje Ignatius Reilly de la novela “La conjura de los necios” dijo: ”la mujer es un templo levantado sobre una cloaca”, qué bonito. El gran Charles Darwin, figura esencial en la ciencia dijo: “La mujer ocupa un grado evolutivo entre el hombre y el niño”, muy riguroso, ¡bravo Charles! El gran novelista ruso Dostoyevski, el que Nietzsche dijo mejor psicólogo de la historia, se atrevió a decir: “la vida de toda mujer, diga ella lo que diga, no es más que encontrar a quien someterse”, y se quedó tan ancho el tío. En cambio, el gran misántropo y misógino y ser patológico en general, Arthur Schopenhauer, gran odiador de mujeres, claro, dijo: ”solo el aspecto de la mujer revela que no está destinada ni a los grandes trabajos de la inteligencia ni a los grandes trabajos materiales” y en otra de esas joyitas dijo: “solo obnubilado por el impulso sexual, el intelecto masculino pudo haber llamado bello sexo a seres de baja estatura, hombros estrechos, caderas anchas y piernas cortas”. Un gran seguidor del anterior “ser de luz” fue Nietzsche, otro que tal baila, quien dijo: “cuando una mujer tiene inclinaciones doctas, de ordinario hay algo en su sexualidad que no marcha bien”, muy bien, a la altura de su maestro. Y terminando este terceto de pensadores modernos maestro-alumno al estilo de Socrates-Platón-Aristoteles, nos encontramos al alumno de Arthur y Friedich, Sigmund Freud, que en una vida dedicada entre otras muchas cosas a decir lo locas y desgraciadas que eran las mujeres por serlo, dijo: ”las niñas sufren toda la vida el trauma de la envidia de pene tras descubrir que están anatómicamente incompletas”. Sobran los comentarios.


Esto es solo un pequeño ejemplo de la base machista en la que nos movemos. Uno, ante esto, se hace dos preguntas: primero, si estos señores “tan sabios” nacieron por generación espontánea y no de una mujer a la que agradecerles la vida, o si no tenían una amada compañera a la que mirar a los ojos y decirle “lo basura que era ella y su género”. La segunda pregunta es que desde esos presupuestos tan “sensatos” no se comprende mucho mejor la intolerancia, la violencia, la brutalidad, el abuso a esos “seres abyectos, esos abortos de ser humano, esa basura” que dicen que son las mujeres. Parece exagerado decir esto, pero es lo que en alguna medida, y quiero pensar que va a menos aunque a veces cuesta pensarlo, hemos heredado.


Reflexionemos pues, con esta película sobre el sufrimiento de tantas mujeres y niños y de estar al margen de “los temas privados”, como se dice a veces. El tema de esta película nos incumbe a todos y debería preocuparnos a todos.

Por todo ello recomiendo esta película


 

 

 

 

 

Barbarroja-Akira Kurosawa (1965)

 

Barbarroja película


Argumento

 

Hoy recomendamos una película bastante antigua. El gran cineasta japonés Akira Kurosawa, famoso por sus películas humanistas, con corazón, llega a la cima de sus creaciones en esta historia, la historia del doctor Barbarroja, que no es un pirata como pudiera parecer por el apodo, sino un médico  peculiar. Este doctor dirige un hospital de la época, donde se ven todo tipo de casos y enfermedades y donde no se rechaza a nadie, aunque no pueda pagar el tratamiento. La película presenta a este doctor Barbarroja y la evolución personal del joven doctor Yasuoto, un joven arrogante que llega, para su irritación, a colaborar en este hospital (y como Pepelu en la desternillante serie “Poquita Fe” dice “Pero qué Cesto”)


Lo mejor

 

Es una película estremecedora de principio a fin; como el Quijote, preñada de pequeñas historias locales que encajan perfectamente en la narración global, historias que suelen hablar de lo mismo: que la vida es frágil, que lo seres humanos somos frágiles y que el sufrimiento parece demasiado común, demasiado generalizado. 

Pero ante ese sufrimiento se pueden adoptar muchas posturas; la desesperación y el nihilismo, la de “ande yo caliente”, la de “y a mí qué me importa”, o la de ir más allá y abrirse a la vulnerabilidad completamente, como expresa extraordinariamente la monja budista Pema Chödrön en su excelente libro “Cuando todo se derrumba” y ver que la fragilidad  humana, si no se mantiene un conflicto con ella, da mucho sentido a la vida. 

Ante la fragilidad de la vida se puede elegir crecer y servir, dejar de bostezar y perder el tiempo y dejar de decir como decía la egoísta Susanita, amiga de Mafalda: “qué mal está el mundo, menos mal que queda tan lejos…”. Se puede elegir cuidar para cuidarse y cuidarse para cuidar, huir de la huida permanente y abrir el corazón finalmente y tener una vida extraordinaria.


Lo peor

 

Hay quien le cueste ver una película antigua, en blanco y negro y encima en japonés, con los subtítulos. Y lo de siempre, acostumbrados a mis odiadas películas de superhéroes y super tonterías, nos parecerá quizá sosa; como me dijo una vez un chico en terapia: “a mí no me gusta el cine español…nunca explota nada…”


Cómo me puede ayudar a crecer


Necesitamos ejemplos urgentemente que nos digan que realmente otra vida es posible. Que nos digan que  hay  alternativa a la adicción a los putos videojuegos, a las redes, al consumismo, que existe una alternativa a una vida de brutal autoexigencia y neurosis, que hay alternativa a ser un megafriki agarrado la pensamiento mágico o a una nueva “religión” new age o esoterismo barato como un gato a unas cortinas, que hay alternativa a una vida de mierda, de narcisismo, de usar las personas como kleenex, de compulsión, de depresión, de lavarse las manos, de, como dice la genial película Trainspotting “preguntarse el domingo por la mañana quién coño es uno”. Necesitamos ejemplos que contrarresten el bombardeo diario en las noticias de ladrones y amargados, de fascistas y criminales, de “los más listos de la clase” que saben hacer útiles a los demás. (El gran Jorge Drexler en su canción Silencio lo expresa muy bien:  “Todo el mundo intentando venderte algo/intentando comprarte/queriendo meterte en su melodrama/su Karma, su cama, su salto a la fama/su breve momento de gloria/sus dos megas de memoria…”

Necesitamos ejemplos y esta película lo es. En realidad eso es un maestro. En nuestra particular forma de ver el mundo en occidente, donde creemos que el “conocimiento intelectual” es todo, y así nos va, creemos que el maestro es aquél que nos da una herramienta, una directriz, un consejo que cambia nuestra vida. El terapeuta, en cuanto figura pedagógica, es requerido de igual forma; en terapia la mayoría de las personas dicen “vengo para recibir herramientas que me ayuden a mejorar”. 

Pero en realidad, ni en el caso del maestro ni en el del terapeuta su principal aportación es el consejo o la herramienta, sino su ejemplo. En el maestro o en el terapeuta vemos que realmente “OTRA VIDA ES POSIBLE”,  que no es otro cuento más, de esos que decía el poema “Todos los cuentos” del gran León Felipe, que es posible realmente, que una forma mejor, más sana, con menos ira, con menos trauma, con menos depresión es posible. Entonces, cuando la persona ve a un Maestro o interacciona con un buen terapeuta (y encontrar cualquiera de las dos es bastante complicado, para nuestra desgracia), la persona dolorida o en desequilibrio, siempre que esté en disposición receptiva, ve que esa persona le dice sin palabras que él mismo puede estar increíblemente mejor, que hay que trabajar duro, pero que merece la pena y que el maestro o el terapeuta fueron “cocineros antes que frailes”, pues son personas tan frágiles y en algún momento tan confusas como él mismo o ella misma.

Eso hace esta película, mostrar ejemplos de que otra vida es posible, que este mundo no es, parafraseando la canción, una simple lucha de “ratas de dos patas”.

Es por todo ello, por lo que recomiendo mucho esta película.


 

 

 

Buffalo 66 (Vincent Gallo 1998)

 

buffalo 66

 

 

Argumento:


Hoy recomendamos un clásico, una película con algunos años ya, pero que merece mucho la pena recordar y ver, si no se ha visto, e incluso volver a ver, pues tiene mucho jugo y mucho que mostrarnos. 
Cuenta la tormentosa historia de un día en la vida de Billy, un joven con bastantes problemas. En ese día Billy sale de la cárcel y va a visitar a sus peculiares padres, pero no quiere ir solo y dar sensación de soledad y de fracaso (así lo siente él), y ni corto ni perezoso rapta a una chica muy bonita con la que se encuentra. A partir de ahí toda una desventura en casa de estos padres suyos tan sui generis, luego planificando sus venganzas personales y esta relación también extraña, todo es extraño cuando uno está alienado, con esta bonita joven.

 

Lo mejor


Lo que más me llama la atención es lo bien reflejadas que están las dificultades emocionales en el protagonista. La película es como una radiografía de la enfermedad mental, vemos como con rayos x el origen, el desarrollo y el progreso de las dificultades de Billy. Las dificultades emocionales son, ante todo, una ruptura interna, una grieta en la propia psique, un enfrentamiento entre emociones, tendencias, “voces” internas. Todos tenemos algún grado de “desintegración emocional”, esas diferentes tendencias referentes a temas abiertos, contradicciones sangrantes, traumas de los que se huye porque se los teme mucho, pero, paradójicamente, cuanto más se huye más se los teme y cuanto más se los teme, más se huye, desarrollando patologías cada vez más grandes. 
Cuando esa desintegración emocional pesa tanto que rompe la propia capacidad de soportarlo, aparece una respuesta vital en la línea de Billy; un trauma andante. Por supuesto, todas estas consideraciones, esto que los terapeutas experimentados vemos cada día en las sesiones, es obviado sin más por el sistema biomédico cientifista, donde todo se reduce a hormonas, neurotransmisores, fallos biológicos que, oh casualidad, se “resuelven” con la pastillita de mi amigo el de la farmacéutica. 
La gran autora Candace Pert dice: “a menos que podamos medir algo, la ciencia no admitirá que existe, razón por la cual la ciencia se niega a tratar con “nadas” como las emociones, la mente, el alma o el espíritu”. El psicólogo Daniel Goleman dice: “una cultura que obvia las emociones, es una cultura ciega”.

 

Lo peor


Me cuesta ver algo que no me guste, como obra de arte, creo que es muy redonda, muy sensata, muy equilibrada; quizás algunas cuestiones que ocurren parecen demasiado poco predecibles, como que no encajan en la reacción de un ser humano mínimamente sano. Pero en verdad el ambiente general es muy tóxico.

 

Cómo me puede ayudar a crecer


Nunca está mal, como siempre digo, acercarse al dolor humano en cualquiera de sus formas, en este caso, muy psicológica, traumática, familiar. Podremos reconocer en alguna medida a nuestra familia y sus seres tan extraños, que a veces preguntamos de dónde narices han salido. 
Veremos magistralmente la oscuridad que se adueña de las personas, las decepciones que las van marcando, los traumas que les van pudriendo el alma golpe tras golpe, burrada tras burrada. Nos ayudará a reconocernos, tal vez, en cómo todos en alguna medida somos víctimas y ejecutores de la neurosis, la oscuridad y su consecuencia final: la incapacidad de amar. Y a fuerza de seres incapaces de amar logramos un mundo sin amor. Y como dice aquella frase: “un mundo sin amor es un desierto”. Nos ayudará a comprender el desierto en el que, en alguna medida, estamos viviendo a escala planetaria.
Por todo ello, recomiendo mucho esta película.

 

 

 

 

 

El caftán azul - Maryam Touzani (2022)

 

 

Argumento


El caftán azul es una película sutil, sencilla en apariencia pero profunda en contenido. Nos cuenta la historia de Halim y Mina, un matrimonio marroquí bastante peculiar y diferente. Las inclinaciones de Halim, sastre especialista en hacer el Caftán (una famosa prenda árabe), la enfermedad de Mina, un aprendiz que les produce un fuerte impacto en sus vidas, van desarrollando una historia preciosa de amor, comprensión, tolerancia, y dignidad ante las dificultades.

 

Lo mejor


Película muy humana y humanista que nos habla de la vida, siempre “entre el espanto y la ternura” que diría el gran Silvio Rodriguez, con sus imperfecciones, su deseo, su lucha, sus decepciones, su enfermedad. Y nos ayuda a mirar una cultura distinta y una relación distinta, basada en otras cosas que en la simple atracción sexual. Se ve en la práctica que el amor es un fenómeno poliédrico y complejo: los griegos distinguían entre eros, o amor sexual, ágape o amor incondicional y filia o afinidad y compañerismo. En ello se inspiró el psicólogo Steinberg para formular su triángulo del amor; que en su caso comprendía pasión, intimidad y compromiso. En esta película podemos ver que el amor es complejo y no unidireccional.
Además, la película es una apología de la dignidad ante la enfermedad inevitable.

 

Lo peor


Resultará tal vez lenta o aburrida para los amantes de la acción sin descanso, los efectos especiales continuos o las tramas retorcidas como mente de político. Hay quien se sentirá ofendido por lo que se presenta, lo tachará de inmoral o bizarro, pero lo que nos resuena, es por algo.

 

¿Cómo me puede ayudar a crecer?


La película nos ayuda a reflexionar sobre temas esenciales: la enfermedad, el amor no posesivo, la sexualidad, la apertura mental, la dignidad. Además, nos acerca a una cultura que subestimamos o despreciamos a menudo con la etiqueta de subdesarrollada o con nada que aportarnos.
Por todo ello y, por emocionarnos, recomiendo mucho esta película.

 

 

 

La Ballena - Darren Aronofsky (2022)

 

la ballena carátula

 

Argumento:

 

Esta película es una historia triste pero no pesimista. Es la historia de un profesor de literatura con obesidad mórbida y una salud muy deteriorada. Nos metemos en la piel de este hombre y sus errores, sus contradicciones, el afán de conectar con su hija, el odio a sí mismo y su lucha contra los elementos.


Lo mejor:

 

Un guión intenso y muy bien hilado, un personaje muy creíble y una situación que los terapeutas experimentados vemos como muy habitual; decisión controvertida, odio a sí mismo, adicción, cuesta abajo. Y todo siendo una especie de “Moby Dick” deshauciado pero agarrándose al último rayo de esperanza.


Lo peor:

 

Comentando lo buena que es la película, algunos clientes me dijeron que era demasiado dura, demasiado cruda, el odio a sí mismo demasiado descarnado. Pero ya sabemos que lo que nos duele, por algo nos duele, con lo cual, lo mejor no es huir de ello sino exponernos. Puede ser un tanto dura, es verdad.


¿Cómo me puede ayudar a crecer?

 

Una importante función del arte es cultivar la empatía en su aspecto emocional, esto es, la identificación con el dolor ajeno. Al meternos en la piel de este hombre y su brutal sufrimiento sentimos que, como dijo Goethe “no he oído de un crimen que no pudiera haber cometido yo”. Ese que desde el exterior podría verse como un “adicto zampabollos”, lleva una pesada mochila que se ha tragado, y verlo nos conmueve y nos humaniza. No es una época, por desgracia, que sobre la empatía, así que, recomiendo mucho verla.

 


 

 

 

 

 

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